Por: Eduardo Sánchez
Y pasaron diez años de la tragedia en la guardería infantil ABC en Hermosillo, sin que hasta el momento se haya hecho justicia para los deudos. Los verdaderos culpables andan libres y por ellos pagaron con cárcel dos o tres empleados del lugar que usaron los de siempre como chivos expiatorios, y de ahí en fuera las autoridades hasta el momento no han hecho más que decir que sienten en el alma lo ocurrido, pero, si el que “lo sientan en el alma” no se ve reflejado en justicia, sus sentimientos no valen de nada.Recuerdo claramente ese viernes 5 de junio del 2009. Las campañas políticas estatales por la gubernatura, los 72 Ayuntamientos y los Diputados al Congreso del Estado se llevarían a cabo en un mes más exactamente. Yo estaba, precisamente, en un acto político que se estaba llevando a cabo en la Asociación de Periodistas del Valle del Yaqui A.C. cuando nos dieron la noticia. Creo que en ese momento nadie, o casi nadie, de los que estábamos ahí pudimos imaginar siquiera la magnitud de la tragedia que había ocurrido: ¡49 niños murieron quemados y docenas sufrieron quemaduras considerables, quedando todos ellos y sus familias marcados de por vida por este siniestro!
¡Sí, han pasado 3650 días y la justicia no ha llegado! Y si no hay justicia para 49 niños y sus familias en Sonora y en México, ¿entonces para quién la hay?
No se buscan sentencias por venganza, sino por derecho; se trata de evitar que este tipo de situaciones se repitan, y es que en este caso todo indica que los hechos fueron resultado de la corrupción desde los que por cercanía al poder se hicieron acreedores de concesiones para administrar grandes cantidades de recursos para aplicarlos en estancias infantiles o guarderías, sin cumplir siquiera con los requisitos indispensables de seguridad y protección civil, mismos que por sus influencias fueron, al parecer, encubiertos por las mismas autoridades. Gobiernos han ido y gobiernos han venido y si acaso han tratado de apaciguar el dolor de la desgracia de los padres de las criaturas con dinero, que algunos padres no aceptaron, con monumentos, cruces y palabras de aliento, que de nada sirven cuando se está muerto.
Aunque las investigaciones, supuestamente, continúan hasta ahora por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), mucha gente sigue pensando que el fuego fue provocado en una bodega perteneciente a la Secretaría de Hacienda de Sonora, junto a la guardería, en donde se intentaba borrar evidencia de fraudes cometidos por algún funcionario público de esta dependencia, mientras que otros creen que el fuego intencional por razones políticas y, mientras tanto, los sonorenses nos seguimos sintiendo agraviados por un sistema político tan podrido y corrupto que mata niños con tal de llenarse de dinero los bolsillos.
Solo Dios sabe, y una o dos personas más, quienes son los culpables, y en su conciencia lo llevarán, porque las víctimas fueron 49 niños, sus familias y todo el pueblo de México que a veces pienso que no hay esperanzas de que se haga justicia.
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