Existe un dato curioso que, probablemente, ni los fanáticos más devotos de El Chavo del 8 conocen sobre uno de sus personajes más queridos: La Chilindrina, interpretada magistralmente por María Antonieta de las Nieves.
Esta niña traviesa, parlanchina y de coletas despeinadas nos regaló carcajadas memorables, pero detrás de su característico vestuario se escondía un secreto de maternidad que pasó desapercibido para muchos.
EL EMBARAZO DE MARÍA ANTONIETA DE LAS NIEVES
Corría 1973 cuando la actriz, en plena grabación del programa, quedó embarazada de su segundo hijo, Gabriel. La producción, ingeniosa como pocas, no permitió que la barriguita acabara con las aventuras de la vecindad más famosa de Latinoamérica.
Para ello, la producción optó por utilizar vestidos holgados, jumpers amplios y encuadres estratégicos que camuflaban, a duras penas, el vientre creciente de La Chilindrina. Sin embargo, para ojos atentos, hay escenas que delatan la verdad.
Por ejemplo, el episodio donde la niña de lentes se come una rebanada de pastel, que originalmente La Bruja del 71 había preparado para conquistar a Don Ramón, muestra a una Chilindrina con una pancita evidente: María Antonieta ya tenía ocho meses de embarazo y, aun así, siguió trabajando con el profesionalismo que siempre la caracterizó.
Para justificar su ausencia cuando ya era imposible disimularlo, el programa explicó que La Chilindrina estaba "con sus tías de Guanajuato". Mientras tanto, la actriz se preparaba para recibir a Gabriel y cumplir con su merecida cuarentena.
¿CUÁNTOS HIJOS TIENE MARÍA ANTONIETA DE LAS NIEVES?
María Antonieta de las Nieves tuvo dos hijos junto a su esposo, Gabriel Fernández: Verónica y Gabriel, quienes prefirieron vivir lejos de los reflectores, aunque la familia se mantiene unida y, de vez en cuando, presume su calidez en redes sociales.
A pesar de las diferencias posteriores con Roberto Gómez Bolaños por los derechos del personaje, La Chilindrina sigue viva en la memoria de millones de hogares que crecieron viéndola hacer travesuras y retorcerle la paciencia a Don Ramón y a El Chavo.
Una anécdota más que confirma que, a veces, la comedia más genuina se hace con sacrificio, ternura y un par de coletas desordenadas.
Definitivamente, María Antonieta de las Nieves no solo le dio vida a un ícono, sino que lo hizo mientras daba vida, literalmente, a su propia familia. Eso, sin duda, merece un aplauso que traspase generaciones.
