El incremento a los impuestos existentes y la creación de nuevos gravámenes tiene un efecto negativo en la economía al inhibir el consumo, por lo que en vez de ello se debe aumentar la base gravable con incentivos fiscales a las empresas, además de fomentar el paso de los emprendedores a la formalidad, consideró el presidente de Sonora Global, Arturo Fernández Díaz González.
El entrevistado mencionó que constantemente, los gobiernos disfrazan la forma de recaudar impuestos, con supuestos beneficios a la salud a raíz de captar mayores recursos; en esta ocasión en México se propone aplicar un mayor gravamen a las bebidas azucaradas y al tabaco, pero si lo que se quiere es reducir el efecto de estos productos, lo que se debe hacer es llevar a cabo mejores campañas de concientización en relación con su uso.
Se debe maximizar las transacciones comerciales, más que reducirlas con la aplicación de mayores impuestos, ya que "cuando se compra o se vende algo, se genera bienestar: tú compras y te beneficias, ellos ganan", con lo que hay un círculo virtuoso, afirmó.
El impuesto que se pretende incrementar al ahorro, dijo, es negativo, porque siempre se ha buscado promover que los ciudadanos puedan guardar recursos para tener un mejor futuro y esto representa un golpe a esa intención de un mayor bienestar.
En nuestro país se han venido creando impuestos para todo; en el caso de los vuelos se creó el TUA, que es el impuesto por uso de aeropuerto, que en ocasiones es más alto que la tarifa en sí de la línea aérea y desalienta el que las personas usen este medio de transporte y es por ello que muy frecuentemente se cancelan nuevos itinerarios, afirmó.
En México parece que ser un empresario formal conlleva más riesgos que la informalidad; así, quien tiene un negocio, con lo engorroso que en ocasiones representa el pago de impuestos, se arriesga a ser encarcelado al cometer errores en sus declaraciones, pero el informal no tiene ese riesgo, agregó.
Recordó que hace algún tiempo, Irlanda hizo un experimento que resultó en una gran sorpresa: decidió bajar los impuestos a la población y en vez de reducir la recaudación, esta mejoró porque se incentivó al empresario fomentando a la vez el consumo y esto redundó en mayores ingresos para programas gubernamentales.
Así que si se reducen los impuestos a los empresarios como a la población y se hace más eficiente al gobierno para que cueste menos, cuidando que no haya corrupción, habrá siempre más dinero para los programas sociales, expresó para concluir.