Eso se debe a la falta de capacitación de maestros, quienes no dominan el lenguaje de señas, mencionó, ni siquiera personal de las Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular, dijo.
Sus hijos acuden ocho horas al día a una escuela no inclusiva, ya que ninguna materia se les imparte en lenguaje de señas, dijo, y son los mismos compañeros quienes terminan por resolver sus dudas.
Derivado de ello, envía a sus pequeños a cursos vespertinos para que refuercen el aprendizaje, mencionó, ante esa situación consideró acertada la nueva Ley de Educación Inclusiva, que impulsó el diputado Orlando Salido Rivera y la cual surgió a solicitud de un grupo de madres de niños sordos de Cajeme.
De acuerdo con el legislador, el estatuto publicado en el Boletín Oficial del Estado garantiza que a partir del próximo ciclo escolar, las instituciones públicas y privadas contarán con docentes listos para impartir educación especial.
Además, promueve la creación de grupos en las instituciones educativas para que, en caso de ser necesario, se utilicen métodos de comunicación que son naturales para las personas con discapacidad auditiva y visual como el lenguaje de señas mexicano y la escritura braille. Esta ley aplicará gradualmente para todas las escuelas del Estado, pero los padres de familia deberán conjuntarse para exigir se cumpla en sus instituciones.
Como resultado de la norma, la Secretaría de Educación y Cultura manejará un recurso específico para la capacitación de los docentes, mencionó.
Este miércoles, el diputado Salido Rivera entregó una cancha de pasto sintético a alumnos de la Escuela Primaria Luis Encinas y una barda perimetral en la Escuela Primaria Juan Maldonado.