Cada 30 de abril, el Día del Niño se celebra en todo México con juegos, fiestas y regalos. Pero en el hospital, particularmente en el Piso 2 donde se encuentra oncología pediátrica, esta fecha toma un significado mucho más profundo.
Desde un día antes, la decoración con globos en los pasillos anuncia que algo especial está por suceder, incluso en medio del tratamiento, el dolor y la rutina médica.
A primera hora del 30 de abril, el ambiente en el hospital es el de siempre: silencio, pasos de enfermeras, el sonido de las máquinas. En la sala de quimioterapia ambulatoria llegan los primeros pacientes.
Ni el Día del Niño detiene las quimios ni las cirugías programadas. Sin embargo, la magia empieza a manifestarse en la escuelita del programa "Sigamos aprendiendo en el hospital", donde se prepara una gran sorpresa.

UN AMBIENTE TRANSFORMADO POR EL AMOR
Las maestras, con dedicación y cariño, llenan el aula de colores, música, pastelitos, dulces, fruta picada y regalos. La música rompe el silencio habitual y los niños hospitalizados, como Carlitos, quien vive su segundo Día del Niño en este lugar, se dan cuenta de que hoy no será un día cualquiera.
Todos son invitados a unirse a la celebración, incluso los pequeños que no están internados ese día. Spiderman aparece de sorpresa, saludando a Dani, quien estuvo aquí hace tres años iniciando la batalla y hoy está a semanas de tocar la campana que simboliza el fin de su tratamiento. El ambiente se transforma: hay concursos, juegos, sonrisas y abrazos.

Los médicos residentes se suman, vestidos de personajes infantiles, entregando más regalos junto con el personal de trabajo social, enfermería y las voluntarias de la fundación IMSS. Más grupos de voluntarios llegan durante el día, cargados de dulces y detalles que, aunque no todos puedan comerse, representan amistad, empatía y esperanza.
Aunque estos niños no pudieron ir al parque o a una escuela a festejar, hoy recibieron algo quizá más valioso: atención, cariño y humanidad. Porque ser sociedad también significa ver al que sufre y aliviar su carga, sobre todo si se trata de niños.
Al final, una sonrisa, una mirada sorprendida o un abrazo silencioso bastan para decir "gracias". Hoy, el Día del Niño fue bonito, incluso en el hospital.
