Cajeme de luto

Por: Eduardo Sánchez

Por: Fabiola Navarro y Antonio Saba



“Cajeme está de luto”, se escribió sobre una corona de flores que manifestantes dejaron en la puerta principal de Palacio Municipal. En repudio a los lamentables hechos violentos donde falleció un menor de 4 años de edad, una niña resultó herida con esquirlas de bala; su hermanito presentaba estado de shock y por la noche una bebé de 3 meses de edad, también resultó herida, se realizó esta manifestación.



La protesta fue convocada a través de redes sociales y un grupo de operadores de la plataforma de transporte Uber se dio cita en el Discóbolo de la Laguna del Náinari, para posteriormente ir en caravana rumbo a Palacio Municipal.



En sus vehículos colgaban globos blancos en señal de luto por la ausencia de un menor, que perdiera la vida durante un ataque armado en el Fraccionamiento Misión del Real.





“Con los niños no”, fueron parte de las consignas de esta manifestación pacífica que duró pocos minutos, al parecer por una confusión en las mismas redes sociales, ya que otro reducido grupo de personas posteriormente se dio cita también en la Laguna del Náinari, sin que se concretara la marcha.



Ricardo, padre del menor, y el pequeño, fueron las víctimas número 66 y 67 de junio, que más homicidios dolosos lleva en Cajeme, convirtiéndose en un mes crítico.



La corona de flores, que primeramente se había colocado en la puerta de Palacio Municipal, posteriormente fue trasladada a la Plaza Álvaro Obregón, justo debajo del monumento de este personaje de la Revolución Mexicana.


LLAMADA DEL OBISPO


Ante la ola de violencia que azota a Cajeme, Felipe Padilla Cardona, obispo de la Diócesis de Ciudad Obregón, hizo un llamado a la sociedad a que se refuercen los lazos de unidad entre las personas.



“Tenemos que unirnos todas las fuerzas vivas para que la violencia disminuya”, expresó.


Además, señaló que la lamentable situación que prevalece en el Municipio y en el Estado se ha convertido en un reto para todos los sonorenses.



“No se trata de echarnos la culpa unos a otros, sino que accionemos y hagamos el bien para la comunidad”, manifestó.



Padilla Cardona señaló que para acabar con la violencia, no basta con programas o proyectos.



“Que formemos un equipo que se acerque a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido, para levantarles el ánimo”, subrayó.



El obispo de la Diócesis de Ciudad Obregón agregó que es necesario salir a la periferia para encontrarse con los jóvenes que vivan una situación complicada.

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