Así fue el primer asalto bancario registrado en la historia de Ciudad Obregón, Sonora
El saldo: un policía muerto; el asaltante fue detenido y meses después murió en la cárcel. La causa de su deceso fue lo que lo orilló a delinquir
Un hombre de estatura baja, con semblante pálido y ojos rojos ingresó al Banco Agrícola Sonorense, institución financiera que se ubicaba en la esquina suroriente de la calle Guerrero y Sonora, en el primer cuadro de Ciudad Obregón, Sonora.
Al entrar al inmueble, el hombre le dio una hoja al cajero. El papel decía: “No hagan ningún movimiento, sus vidas peligran y apresúrense porque hiede a pólvora, su atento y seguro servidor ‘El Dijuntito’”.
Acto seguido, el asaltante amenazó al empleado con una pistola y tomó a un rehén. El trabajador accedió en darle el dinero, el cual puso en una bolsa. El monto del hurto fue 19 mil pesos.
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El hecho aparece en una de las páginas del libro Retrospectiva de Cajeme, del periodista Sergio Anaya, y también se describe en el ejemplar de Diario del Yaqui, 80 años de Periodismo en Sonora, pues ese suceso significó el primer asalto bancario registrado en Ciudad Obregón.
El suceso histórico se registró la mañana del 16 de junio de 1947.
Tras el atraco, el malhechor corrió por la calle Guerrero y se internó en el callejón Colombia hasta llegar a la calle No Reelección, donde tomó un taxi.
José M. Aguilera fue el protagonista de este acontecimiento, que quedó grabado para la posteridad.
En el carro de alquiler se dirigió a Pueblo Yaqui; luego ordenó al chofer que se internara en los caminos que conducen al Valle del Mayo, pues su motivo era darse a la fuga; sin embargo cerca de Bacobampo (municipio de Etchojoa) fue interceptado por policías de dicho poblado que se ubica al sur de Sonora.
El “Dijuntito” se opuso al arresto y disparó contra los uniformados, lo que desató un enfrentamiento. En la reyerta fue asesinado el jefe de la policía de Bacobampo.
El autor del crimen y del despojo no logró su cometido de huir con el botín, pues fue detenido.
Al ser capturado confesó que se encontraba moribundo, por eso proyectaba una imagen demacrada, ya que su salud estaba mermada por la tuberculosis. Por ello ideó el robo para obtener dinero y con él, pagar un tratamiento pues tenía la esperanza de curarse y seguir viviendo.
El final no fue el que esperaba, pues fue encerrado en la cárcel en Navojoa y por su estado de salud murió tras las rejas producto de la enfermedad que lo aquejaba.
Sin duda, el atraco acaparó los titulares de los periódicos en toda la región, ya que era una noticia que no se había presentado en Ciudad Obregón.
El personaje de “El Dijuntito” trascendió en la historia regional, al convertirse en el asaltante que cometió el primer robo en una sucursal bancaria en Cajeme.
Con el tiempo, el Banco Agrícola Sonorense dejó de funcionar, pero dejó los cimientos para un negocio de manejo de capital y servicios financieros; actualmente opera una sucursal bancaria multinacional.