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Ciudad Obregón

Alcoholismo, comienza como un juego, termina en enfermedad

Es una enfermedad incurable, progresiva y mortal, calificada así desde 1963 por la Organización Mundial de la Salud

Alcoholismo, comienza como un juego, termina en enfermedad

“Vivimos en una sociedad, especialmente en Sonora, donde “pistear” cada fin de semana o los miércoles es algo que se ha normalizado y no es que estemos en contra de la bebida o de su venta, pero sí promovemos que su ingesta no se convierta en una enfermedad, comentó Luis, miembro de Alcohólicos Anónimos en Ciudad Obregón.

Partiendo de que el alcoholismo es una enfermedad incurable, progresiva y mortal, calificada así desde 1963 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), AA busca como comunidad ayudar a sus miembros a mantenerse sobrios y pasar el mensaje para que más personas logren alcanzar este estado.

Fundado por Bill Wilson y Bob Smith en Akron, en el Estado de Ohio hace casi 90 años, AA se desprendió de una organización cristiana estadounidense, llamada “The Grupo Oxford”; sin embargo, no es religiosa, ni con fines políticos.

AA 50 AÑOS DE HABER LLEGADO A CAJEME

Hace cinco décadas, el grupo Esperanza se abrió en Ciudad Obregón, siendo el primero que Alcohólicos Anónimos inaugurara en este Municipio.

Su nombre precisamente se eligió porque sus integrantes mantenían la esperanza de llegar con su mensaje a más personas y apoyarlos para que mediante un programa de 12 pasos, lograran la sobriedad.

“Estaba enseguida de una cantina, eso era lo más curioso y muchas personas llegaban abriendo la puerta equivocada, pero algunos de ellos se quedaron y jamás volvieron a la cantina, hoy ese grupo se trasladó a la comisaría de Esperanza”, dijo Luis.

Por su parte, Ramiro B, quien trabajaba en esa época como Juez Calificador en la Secretaría de Seguridad Pública, comenzó a mandar a ese grupo a algunos detenidos por exceder su consumo de alcohol y manejar en estado de ebriedad.

“Yo era el claro ejemplo de que uno se niega a reconocer esta enfermedad, ese es uno de los síntomas, pensaba cuando recibía a una persona alcoholizada: pobrecito, vamos a ayudarlo a que rescate su vida, a que no se divorcie, a que no pierda a sus hijos”.

“Pero no me daba cuenta que yo tenía la misma enfermedad, yo pensaba que era un bebedor social, que podía controlar mi manera de beber y después me di cuenta que el programa era para mí, porque necesitaba tomar y eso me ocasionaba muchos problemas, desde entonces soy miembro”, mencionó.

EL ALCOHOLISMO EN MENORES

“A mí me daban cerveza desde los 8 años para que me hiciera hombre, decía mi padre y mi familia, me acostumbraron a que bebiera para sentirme importante, desde ahí comenzó mi infierno”, dijo Luis.

Actualmente existen 75 grupos de AA en Cajeme y se ha visto a niños de entre 16 y 12  años de edad acudir a sesiones, informó el Delegado de la Zona Sur de Alcohólicos Anónimos.

“En 2019, la Fundación Amor y Convicción, detectó que, entre los menores de 12 años de edad en escuelas secundarias, el 10 por ciento ya consumía alcohol.

La moda entre los menores de edad es beber para sentirse importantes y ser aceptados, comienza como un juego, pero los envuelve al grado de no saber controlarse”, mencionó Luis.

 

EL APOYO

AA se basa en 12 pasos, el primero de ellos habla del reconocimiento de la enfermedad y como su vida se ha vuelto ingobernable, esto es la clave para que la persona enferma de alcoholismo comience su recuperación.

Una de las doctrinas de Alcohólicos Anónimos es contar con un apadrinamiento y se refiere al apoyo que un miembro puede tener de otro con base a su experiencia y conocimiento de los pasos y tradiciones.

 

HERRAMIENTA

Los doce pasos de AA

  • Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
  • Llegamos a creer que un poder superior a nosotros podría devolvernos el sano juicio.
  • Resolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, según nuestro propio entendimiento de él.
  • Sin temor, hicimos un sincero y minucioso examen de conciencia.
  • Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas.
  • Estuvimos enteramente dispuestos a que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
  • Pedimos a Dios humildemente que nos librase de nuestras culpas.
  • Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos.
  • Reparamos directamente el mal causado a esas personas cuando nos fue posible, excepto en los casos en que el hacerlo les hubiese infligido más daño o perjudicado a un tercero.
  • Proseguimos con nuestro examen de conciencia, admitiendo espontáneamente nuestras faltas al momento de reconocerlas.
  • Mediante la oración y la meditación, tratamos de mejorar nuestro contacto consciente con Dios y le pedimos tan sólo la capacidad para reconocer su voluntad y las fuerzas para cumplirla.
  • Habiendo logrado un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras personas y practicar estos principios en todas nuestras acciones.