De aplicarse al cobre de México el arancel del 50 por ciento que propuso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que entraría en vigor a partir de agosto, el estado de Sonora podría verse afectado al ser una entidad altamente productora de este mineral, advirtió Luis Núñez Noriega.
El economista y exdelegado de la Secretaría de Economía en Sonora mencionó que México es el segundo productor de cobre en América Latina, mineral que es utilizado para la elaboración de múltiples productos, accesorios y componentes utilizados en sectores como la construcción, la industria automotriz, aeronáutica y aeroespacial, y si se aplica la tarifa señalada, sería un fuerte golpe para el país, incluso más que el arancel impuesto al acero y aluminio.
Nuestro país, dijo, exporta cada año millones de dólares de cobre a Estados Unidos, un mercado muy importante para este mineral, pero que es insuficiente en cuanto a producción, por lo que requiere importar una gran parte de lo que consume.

El Producto Interno Bruto (PIB) de México, pero también el de Sonora se verían afectados sobremanera de darse la imposición de dicho arancel, afectando a los empleos generados de manera directa por la minería (sólo dos mil trabajadores en la mina más grande de Cananea) y la industria del cobre, así como a toda la cadena de proveeduría que le provee de diversos suministros y servicios, consideró el entrevistado.
Estimó que ello provocaría una fuerte afectación al erario, pues impactaría en la captación de impuestos como el ISR y el IEPS, provocando “un boquete” al ingreso fiscal de la nación.
Además, está la amenaza a la aplicación de tarifas arancelarias a la importación de productos farmacéuticos en el vecino país del norte, por lo que en un año y medio a dos años podría tener que pagar hasta 200 por ciento de arancel, y ello tiene que ver con la idea de presidente Donald Trump de que las empresas del sector se instalen en territorio estadounidense.
Señaló que una buena medida sería que la Secretaría de Economía federal dialogue con empresarios de Estados Unidos que requieren de la importación de dichos productos y componentes, para que estas a su vez cabildeen a través de sus cámaras empresariales con el gobierno federal estadounidense y consigan, en el mejor de los casos, la no aplicación de las tarifas.