Entre tradiciones ancestrales, flores de cempasúchil y leyendas que cobran vida, estos destinos se llenan de color para honrar a los que ya partieron
Por: Jhoanna Ontiveros Peraza
El Día de Muertos es una de las festividades más representativas de México, una celebración que combina la cosmovisión prehispánica con las tradiciones católicas y que ha sido reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Para vivir esta fecha con toda su esencia, diversos Pueblos Mágicos ofrecen experiencias únicas que van desde rituales indígenas hasta festivales llenos de arte, música y color.
MEJORES PUEBLOS MÁGICOS PARA CELEBRAR EL DÍA DE MUERTOS
MALINALCO, ESTADO DE MÉXICO
Los visitantes pueden disfrutar de los Recorridos al Mictlán, una representación prehispánica sobre el inframundo mexica. Las calles y la plaza principal se llenan de ofrendas, veladoras y flores, mientras que el panteón local se cubre con cempasúchil, frutas y velas que iluminan las tumbas durante la noche.
TAXCO, GUERRERO
Este pueblo se transforma durante las celebraciones con catrinas, altares y el Festival de las Lloronas. Se realizan recorridos nocturnos por los callejones empedrados donde los visitantes escuchan leyendas coloniales, acompañadas de música y actividades culturales.
REAL DEL MONTE, HIDALGO
Durante los primeros días de noviembre, se llevan a cabo noches de leyendas, desfiles de catrinas y coloridas ofrendas que llenan las calles de vida y tradición.
TZINTZUNTZAN, MICHOACÁN
Las noches del 1 y 2 de noviembre se llenan de teatro al aire libre y juegos prehispánicos de pelota. Además, las comunidades indígenas celebran ceremonias ancestrales para honrar a sus difuntos, y la Zona Arqueológica de Tzintzuntzan ofrece un vínculo directo con el pasado purépecha.
PÁTZCUARO, MICHOACÁN
Las aguas que rodean la isla de Janitzio reflejan la luz de miles de veladoras durante la noche, mientras el panteón local y la plaza de Quiroga se llenan de ofrendas, música y arte popular.
HUAUTLA DE JIMÉNEZ, OAXACA
Aquí, la danza es el corazón de la festividad. Los Huehuetones, danzantes con máscaras y vestuarios tradicionales, recorren las calles al ritmo de la música. Las casas se decoran con arcos de flores de cempasúchil y ofrendas que invitan a los muertos a regresar por una noche más.
CHIGNAHUAPAN, PUEBLA
Rodeado de montañas y neblina, Chignahuapan deslumbra con su Festival de la Luz y la Vida, donde la laguna se llena de balsas iluminadas y una pirámide flotante guía simbólicamente a las almas hacia el Mictlán. También destaca la Ofrenda de las Mil Luces, que culmina en una procesión con antorchas.
TLAXCO, TLAXCALA
Rodeado de montañas y naturaleza, Tlaxco celebra el Festival de la Vida Eterna, donde las calles se iluminan para recibir a las almas. Los artesanos locales participan en exposiciones y homenajes, resaltando el valor de la memoria y la tradición familiar.
XILITLA, SAN LUIS POTOSÍ
En el corazón de la Huasteca Potosina, Xilitla festeja el Xantolo, una de las celebraciones más coloridas del país. Las comunidades realizan bailes típicos, procesiones, alumbradas con velas y altares florales que simbolizan el reencuentro entre vivos y muertos.
En cada rincón del país, el Día de Muertos se convierte en un homenaje a la vida, una muestra del amor eterno que los mexicanos sienten por quienes ya partieron. Estos Pueblos Mágicos ofrecen no solo paisajes encantadores, sino también una ventana al alma de México, donde la muerte se celebra con alegría, música y tradición.