La falta de lluvias mantiene bajo presión a Sonora, donde la población, la industria y el campo dependen del agua almacenada en las presas
Por: Jhoanna Ontiveros Peraza
El sur de Sonora enfrenta días cada vez más complicados. La escasez de lluvias, que se prolonga sin tregua, se refleja en los campos secos, en la preocupación de las familias y en la incertidumbre de los productores agrícolas que dependen del agua del Río Yaqui para sostener sus cosechas. Ante esto, las presas Angostura, Novillo y Oviáchic se han convertido en termómetros de la crisis hídrica que atraviesa la región.
Al corte del viernes 12 de septiembre, el volumen conjunto de los embalses Angostura, Novillo y Oviáchic alcanzó apenas 1,801.2 millones de metros cúbicos (Mm³).
NIVEL DE PRESAS DE LA CUENCA DEL RÍO YAQUI
El informe más reciente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con corte al lunes 15 de septiembre, revela que los tres principales embalses de la región Angostura, Novillo y Oviáchic apenas concentran en conjunto 1,839.6 millones de metros cúbicos (Mm³), lo que representa el 26.2% de su capacidad total.
Aunque la cifra refleja un ligero incremento de 451.2 Mm³ respecto al mismo periodo del año pasado, la autoridad hídrica advierte que la situación continúa siendo crítica, ya que la ausencia de lluvias significativas y la alta demanda de agua mantienen en riesgo tanto el consumo humano como el desarrollo agrícola e industrial de la región.
ESTADO ACTUAL DE LAS PRESAS
El reporte oficial detalla los siguientes niveles en los embalses del Río Yaqui:
- Presa Angostura: 255.2 Mm³, equivalente al 33.5% de su capacidad, con un aporte de 41.50 m³/s.
- Presa Novillo: 1,140.2 Mm³, 37.8% de su capacidad, con un aporte de 106.68 m³/s.
- Presa Oviáchic: 444.2 Mm³, apenas el 13.8% de su capacidad, con un aporte de 47.97 m³/s y un registro de lluvias de 10 mm.
En total, las tres presas recibieron 196.15 m³/s, volumen considerado insuficiente para cubrir las necesidades actuales de la población y las actividades productivas del sur de Sonora.
La situación obliga a las autoridades a mantener vigilancia constante y a insistir en la importancia de un uso más eficiente y racional del recurso hídrico, mientras se esperan precipitaciones que ayuden a revertir este escenario adverso.