Brindar cuidados puede ofrecer satisfacción emocional, el problema surge cuando esta responsabilidad es impuesta o resulta ineludible
Por: César Omar Leyva
Cuidar a una persona enferma, ya sea un familiar o una persona en situación vulnerable, puede ser una experiencia gratificante, pero también conlleva una gran responsabilidad. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advierte sobre el síndrome del cuidador, una condición que afecta a quienes dedican su tiempo y energía al cuidado de otros.
La maestra Ena Eréndira Niño Calixto, de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que, aunque brindar cuidados puede ofrecer satisfacción emocional, el problema surge cuando esta responsabilidad es impuesta o resulta ineludible. En estos casos, el cuidador experimenta síntomas como fatiga física, agotamiento emocional y estrés crónico, situación que puede derivar en el síndrome del cuidador.
Este síndrome, agrega la psicóloga, se caracteriza por sensaciones de hartazgo y frustración, ya que muchos cuidadores sienten que su vida personal queda relegada, sin espacio para actividades recreativas ni interacción social.
De acuerdo con la UNAM, el cuidado de personas con alta dependencia puede exigir hasta 17 horas al día, lo que afecta gravemente la calidad de vida del cuidador. Las estadísticas muestran que el 88 por ciento de los cuidados que requieren los adultos mayores son proporcionados por familiares, mientras que solo el 12 por ciento recibe apoyo de instituciones estatales.
NO DESCUIDAR EL AUTOCUIDADO
La falta de autocuidado entre los cuidadores puede llevar a problemas graves de salud, tanto físicos como psicológicos. La experta de la UNAM sugiere establecer tiempos de descanso en los que el cuidador pueda realizar actividades que satisfagan sus propias necesidades, tales como dormir bien, ejercitarse, disfrutar de pasatiempos y socializar.
Aunque algunos cuidadores sienten culpa al dedicar tiempo a su propio bienestar, es fundamental para recargar energías y continuar brindando un cuidado de calidad.
Además, el síndrome del cuidador puede manifestarse en conductas agresivas o negligentes hacia la persona que se cuida, una reacción derivada del agotamiento y la insatisfacción. La UNAM destaca que para los casos de cuidado intensivo, como en enfermedades neurodegenerativas, es ideal contar con apoyo profesional o relevar al cuidador principal periódicamente, de forma que el trabajo no recaiga únicamente en una persona.
En conclusión, cuidar al cuidador es una medida esencial para preservar tanto su salud como la calidad del cuidado brindado.