Este enfoque refuerza la capacidad del estudiantado para resolver conflictos y desarrollar habilidades esenciales para su vida académica y personal
Por: César Omar Leyva
La educación emocional es esencial en el nivel bachillerato, ya que impulsa un entorno de aprendizaje que trasciende la memorización y fortalece el desarrollo integral de los estudiantes.
María Dolores Valle Martínez, directora general de la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM, subrayó la importancia de un entorno educativo que permita a los jóvenes sentirse valorados y comprendidos.
Este enfoque no solo favorece el aprendizaje significativo, sino que también crea un vínculo entre lo cognitivo y lo afectivo, potenciando una enseñanza enfocada en la comprensión profunda.
Durante la onceava edición del "Foro 20.20 UNAM Encuentro Multidisciplinario", Valle Martínez recomendó la implementación de diagnósticos iniciales para identificar competencias socioemocionales, el acompañamiento constante en el aula, y la creación de comunidades de práctica socioemocional.
Benjamín Barajas Sánchez, director del CCH, destacó que cada generación es una oportunidad de renovación y esperanza. Por su parte, Araceli Mejía Olguín, coordinadora académica del CCH, habló de los recientes ajustes a los planes de estudio, los cuales incluyen transversalidad, perspectiva de género y sustentabilidad.
Leticia Cano Soriano, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social, enfatizó que es fundamental reconstruir el tejido social mediante valores como la inclusión y la cultura de paz. La formación emocional en los estudiantes es clave para crear comunidades basadas en el respeto y la convivencia pacífica.
BENEFICIOS DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN PREPARATORIA
- Mejora la autorregulación emocional: La adolescencia es una etapa de intensos cambios emocionales y psicológicos. La educación emocional ayuda a los estudiantes a reconocer, comprender y gestionar sus emociones de manera efectiva. Esto puede reducir el estrés, la ansiedad y otros problemas emocionales típicos de la etapa.
- Desarrollo de habilidades sociales: Enseñar a los estudiantes a identificar sus emociones y las de los demás fomenta una mejor empatía y habilidades de comunicación. Esto les permite tener relaciones más saludables, tanto dentro como fuera del aula, y trabajar en equipo de manera más efectiva.
- Prevención de conflictos: La gestión emocional adecuada ayuda a reducir conflictos interpersonales. Al ser más conscientes de sus emociones y las de los demás, los estudiantes aprenden a resolver disputas de forma constructiva y a manejar situaciones difíciles sin recurrir a la violencia o la agresión verbal.
- Mejora del rendimiento académico: Un estudiante que puede manejar sus emociones de forma efectiva está más preparado para concentrarse y rendir mejor académicamente. La ansiedad y la frustración, por ejemplo, pueden ser barreras significativas para el aprendizaje. La educación emocional proporciona herramientas para superar estos obstáculos.
- Desarrollo de resiliencia: La educación emocional fomenta la resiliencia, ayudando a los estudiantes a enfrentar adversidades de manera más efectiva. Aprenden a manejar fracasos, desafíos y situaciones estresantes con una actitud positiva, lo que les prepara para las dificultades futuras, tanto en su vida personal como profesional.
- Mejor toma de decisiones: Los jóvenes aprenden a tomar decisiones de manera más reflexiva y con mayor consciencia de sus emociones y las posibles consecuencias de sus actos. Esto es especialmente importante en la adolescencia, cuando la impulsividad puede llevar a decisiones de riesgo.
- Fomento de la autoestima y la autoconfianza: Al trabajar en la comprensión de las emociones propias, los estudiantes desarrollan una mayor autoestima y autoconfianza.