En septiembre se dieron a conocer los precios más altos y bajos de la carne de cerdo, además de consejos para elegir cortes frescos y de buena calidad
Por: Jhoanna Ontiveros Peraza
El mes de septiembre marca el inicio de las celebraciones patrias y, con ello, los hogares mexicanos se preparan para elaborar los platillos tradicionales que no pueden faltar en la mesa, como el pozole, las tostadas o los tamales. Ante esto, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) dio a conocer en la más reciente Revista del Consumidor los precios de la carne de cerdo, uno de los productos más demandados en esta temporada.
De acuerdo con la dependencia, tan solo en 2024 en México se consumieron cerca de dos mil 775 toneladas de carne de cerdo, lo que equivale a un promedio de 21.8 kilos por persona al año. Esto explica su relevancia en la gastronomía nacional y el interés por conocer cuánto cuesta adquirirla en mercados y tiendas de autoservicio.
PRECIOS MÁS ALTOS DE LA CARNE DE CERDO
Profeco detalla que los costos varían según el corte y la parte del animal. Entre los precios más elevados se encuentran:
- Milanesa de pierna: hasta 180 pesos el kilo.
- Chuleta ahumada: 178 pesos el kilo.
- Lomo en trozo: 170 pesos el kilo.
- Longaniza: 160 pesos el kilo.
- Pierna sin hueso: 160 pesos el kilo.
Otros cortes como el espinazo, cabeza o manitas se ubican en rangos menores, aunque también con diferencias importantes dependiendo del punto de venta.
PRECIOS MÁS BAJOS DE LA CARNE DE CERDO
La misma publicación presenta los valores más accesibles de la carne de puerco, útiles para comparar y planear las compras:
- Cabeza: desde 54.67 pesos el kilo.
- Pierna con hueso: 97.93 pesos el kilo.
- Chuleta natural: 110.65 pesos el kilo.
- Longaniza: 102.96 pesos el kilo.
- Molida de pulpa: 128.09 pesos el kilo.
Profeco advierte que en las semanas previas a las fiestas patrias los precios pueden incrementarse debido a la alta demanda.
CONSEJOS PARA COMPRAR CARNE DE BUENA CALIDAD
Además de los precios, la institución recomienda a los consumidores verificar ciertos aspectos para garantizar la frescura y seguridad del producto:
- Revisar que tenga un color rosado brillante y textura firme.
- Confirmar la fecha de caducidad.
- Asegurarse de que el empaque esté en buen estado.
- Mantener la cadena de frío y congelar la carne si no se consumirá de inmediato.
- Evitar olores desagradables o signos de descomposición.