Psicóloga, destaca que el impacto de las pantallas en los niños depende de la cantidad de tiempo frente a ellas y de los hitos de desarrollo
Por: César Omar Leyva
El uso excesivo de pantallas en niños puede afectar su salud física y emocional, según expertos de la UNAM. La exposición prolongada a dispositivos digitales interfiere con el sueño, provoca problemas de concentración y aumenta el riesgo de obesidad y sedentarismo.
Además, el uso de videojuegos sin control puede generar trastornos adictivos, como el trastorno de juego por internet.
Mariana Viruega, psicóloga, destaca que el impacto de las pantallas en los niños depende de la cantidad de tiempo frente a ellas y de los hitos de desarrollo alcanzados. Los padres deben estar atentos a posibles problemas de conducta y desarrollo para evitar consecuencias graves a futuro.
Por su parte, Hugo Sánchez Castillo, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, afirmó que el uso prolongado de pantallas y la luz que utilizan generan una conexión con el sistema nervioso que podría provocar el aumento o disminución en la producción de hormonas en el cuerpo de los menores. "Una de las cuestiones que permiten la maduración de nuestro cerebro es justamente el ritmo circadiano".
Otro factor clave es la luz de las pantallas, que altera el ritmo circadiano y afecta la producción de hormonas como la melatonina, esencial para el sueño.
Este desequilibrio puede derivar en alteraciones en los horarios de descanso y, en algunos casos, en un aumento de cortisol, la hormona del estrés.
Los expertos recomiendan a los padres regular el tiempo de pantalla y fomentar actividades físicas para evitar los efectos negativos del sedentarismo.
Aunque los videojuegos pueden tener beneficios, como mejorar habilidades cognitivas, es fundamental mantener un equilibrio en su uso.