Este fenómeno natural no solo maravilla por su belleza, sino también por su profundo valor ecológico y cultural
Por: Brayam Chávez
Cada año, millones de mariposas monarca realizan una de las migraciones más sorprendentes del planeta, recorriendo miles de kilómetros desde Canadá y Estados Unidos hasta llegar a los bosques templados del centro de México. Este fenómeno natural no solo maravilla por su belleza, sino también por su profundo valor ecológico y cultural.
EL REGRESO DE LAS MONARCA
Durante el otoño, las mariposas monarca inician su viaje hacia los santuarios ubicados en Michoacán y el Estado de México. Su llegada coincide con las festividades del Día de Muertos, y para la comunidad mazahua de Crescencio Morales, representan el retorno de las almas que visitan el mundo de los vivos entre el 1 y el 2 de noviembre.
La migración comenzó este año a finales de octubre, y en noviembre ya se pueden observar las primeras mariposas concentrándose en la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad desde 2008. Los santuarios abren oficialmente al público a mediados de noviembre y permanecen accesibles hasta finales de marzo de 2026.
LOS MEJORES MESES PARA VISITAR LOS SANTUARIOS
El espectáculo natural alcanza su punto más impresionante entre enero y febrero, cuando las mariposas revolotean entre los árboles de oyamel buscando agua y néctar antes de iniciar su regreso al norte con la llegada de la primavera.
Durante esta temporada, los visitantes pueden admirar cómo los bosques se tiñen de tonos naranjas y negros, creando un paisaje único en el mundo.
DÓNDE VER A LAS MARIPOSAS MONARCA
La Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca abarca más de 56 mil hectáreas entre Michoacán y el Estado de México. Dentro de esta área se encuentran tres santuarios principales abiertos al turismo:
El Rosario (Ocampo, Michoacán): Es el más popular y concentra la mayor cantidad de mariposas cada temporada. Está cerca del Pueblo Mágico de Angangueo y ofrece una experiencia de ecoturismo comunitario. El ascenso al área de observación toma unos 40 minutos a pie, pero la vista es inigualable.
Sierra Chincua (Michoacán): Una opción más tranquila y menos concurrida, ideal para quienes buscan un ambiente natural y relajado. El recorrido hasta las colonias puede hacerse caminando o a caballo.
Piedra Herrada (Temascaltepec, Estado de México): Es el santuario más cercano a la Ciudad de México. Se puede llegar en unas dos horas en carretera, y cuenta con servicios turísticos, guías y zonas de descanso.
TURISMO RESPONSABLE PARA PROTEGER A LA ESPECIE
El éxito de la migración de la mariposa monarca depende del cuidado de los bosques y de su ruta migratoria. La CONANP y organizaciones como WWF México han alertado sobre la reducción de la superficie de hibernación debido a la tala ilegal, el cambio climático y la pérdida de algodoncillo, planta esencial para la reproducción de la especie.
Aunque la temporada 2024-2025 mostró una recuperación en las poblaciones, esta sigue siendo vulnerable. Por ello, las autoridades recomiendan a los visitantes seguir ciertas medidas: mantener silencio, no usar flash ni drones, evitar tocar las mariposas y respetar los senderos señalados.
Además, cada persona puede contribuir desde su entorno plantando algodoncillo y flores nativas, evitando el uso de pesticidas y apoyando proyectos de reforestación. En Norteamérica, comunidades enteras han creado jardines para polinizadores, ayudando a que las monarcas continúen su asombroso viaje cada año.
La llegada de las mariposas monarca a México no solo anuncia el fin del otoño, sino también el renacer de una tradición que une la naturaleza con la espiritualidad y la esperanza.