Estos requisitos reflejan los principios constitucionales de independencia, residencia y equidad política que rigen el sistema democrático mexicano
Por: Brayam Chávez
Para poder ser presidente de la República en México, la Constitución establece una serie de requisitos específicos que garantizan la legitimidad y preparación mínima del candidato. Estos lineamientos están contenidos en el artículo 82 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
REQUISITOS CONSTITUCIONALES
- Ser ciudadano mexicano por nacimiento, hijo de padre o madre mexicanos, y haber residido en el país por lo menos veinte años.
- Tener al menos 35 años cumplidos al momento de la elección.
- Haber residido en México durante todo el año anterior al día de la elección. La ausencia de hasta 30 días no interrumpe la residencia.
- No pertenecer al estado eclesiástico ni ser ministro de algún culto religioso.
- No estar en servicio activo del Ejército ni de las Fuerzas Armadas seis meses antes del día de la elección.
- No desempeñar cargos como secretario o subsecretario de Estado, Fiscal General de la República o gobernador de alguna entidad federativa, a menos que se haya separado del cargo con al menos seis meses de anticipación.
- No estar comprendido en las causas de incapacidad establecidas por la Constitución.
CONTEXTO Y ACLARACIONES
Los requisitos mencionados son los mínimos para poder ser candidato a la presidencia. La Constitución no exige tener un grado académico, experiencia política ni un estado civil específico. Cualquier ciudadano que cumpla con las condiciones anteriores puede aspirar al cargo.
El propósito de estos requisitos es asegurar que el aspirante tenga una conexión genuina con México, así como garantizar condiciones equitativas durante la contienda electoral. Las reglas de separación de cargos públicos buscan evitar el uso de recursos o influencias del poder actual en beneficio de la candidatura.
Para ser presidente de México se necesita ser mexicano por nacimiento, tener al menos 35 años, residir en el país, y no ocupar ciertos cargos públicos, ni formar parte del clero o las Fuerzas Armadas en activo. Estos requisitos reflejan los principios constitucionales de independencia, residencia y equidad política que rigen el sistema democrático mexicano.