Esta profesión jamás podría ser reemplazada por la Inteligencia Artificial

A pesar de los grandes avances de la tecnología en la actualidad y en el futuro, existe un campo que la IA no podría desempeñar en lugar de un humano

Por: Marcela Islas

La tecnología ha avanzado a grandes pasos, dándole a los seres humanos una herramienta tan importante que se ha vuelto una necesidad para la vida diaria de las personas y en los últimos años la Inteligencia Artificial ha marcado un precedente de este ámbito.

La Inteligencia Artificial (IA) ha brindado grandes beneficios desde la medicina hasta en el entretenimiento, lo cual ha transformado la manera en que llevamos a cabo nuestro trabajo, cómo vivimos y nos relacionamos y comunicamos actualmente.

Los procesos se han simplificado gracias a la tecnología y algunas personas han llegado a sentir cierta incertidumbre de hasta qué punto la inteligencia artificial podrá superar a las personas en el desempeño de varios empleos y profesiones.

¿EXISTE UNA PROFESIÓN QUE NO PUEDA SER REEMPLAZADA POR LA IA?

Ante la posible eliminación en un futuro de ciertos trabajos, nace la inquietud de si existe alguna profesión que no pueda ser reemplazada por la tecnología como la IA, y la verdad es que sí hay una.

Se trata de la psicología, esta disciplina requiere de un nivel de comprensión y empatía profunda para comprender muchos aspectos de la mente humana que resultan abstractos y la inteligencia artificial sería incapaz de comprender en su totalidad.

De acuerdo con los expertos, la inteligencia artificial está diseñada para detectar algoritmos y patrones, sin embargo, no tiene la capacidad de capturar la complejidad de las emociones y pensamientos humanos.

Si bien puede ser una herramienta que ayude a diagnosticar ciertos padecimientos mediante patrones o incluso brindar terapias básicas, no podría reemplazar la conexión humana que existe entre un paciente y su terapeuta.

Los psicólogos son personas capacitadas para comprender el contexto único y la subjetividad de cada ser humano, son capaces de adaptar sus enfoques y estrategias terapéuticas a las necesidades individuales, mostrando una flexibilidad que la IA no puede alcanzar.