Esta ciudad flotante, con capacidad inicial para 12 mil habitantes está diseñada para resistir desastres naturales extremos
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
En un hito histórico, Corea del Sur se prepara para construir la primera ciudad flotante del mundo, un proyecto futurista que busca enfrentar el aumento del nivel del mar y promover un modelo de urbanización sostenible.
El proyecto, denominado Oceanix Busan, tendrá lugar en una de las zonas más pobladas de dicho país y ocupará una superficie de 60 mil metros cuadrados. Su diseño hexagonal modular, construido con biorock, un material innovador más resistente que el hormigón, garantiza estabilidad y eficiencia en el uso del espacio.
UNA CIUDAD FLOTANTE SOSTENIBLE Y RESILIENTE
Esta ciudad flotante, con capacidad inicial para 12 mil habitantes y potencial para albergar a más de 100 mil en el futuro, está diseñada para resistir desastres naturales extremos. Sus más de 20 plataformas estarán equipadas para enfrentar huracanes, inundaciones y tsunamis de categoría 5.
La sostenibilidad es un pilar fundamental de Oceanix Busan. La ciudad generará su propia electricidad mediante paneles solares, contará con sistemas de gestión de agua que incluyen desalinización y reutilización, y promoverá la agricultura urbana para garantizar la autosuficiencia alimentaria.
UN MODELO DE URBANISMO INNOVADOR
La ciudad se dividirá en tres plataformas principales: una dedicada a la investigación del medio ambiente marino, otra enfocada en la vida cotidiana de los residentes, con comodidades y amenidades que reflejan la cultura coreana, y una tercera destinada al alojamiento de visitantes y turistas.
Este ambicioso proyecto no solo busca ofrecer una solución habitacional innovadora, sino también impulsar una reflexión global sobre cómo las ciudades pueden adaptarse al cambio climático de manera proactiva. Si el prototipo en Busan tiene éxito, podría sentar las bases para futuras ciudades flotantes en todo el mundo, transformando la forma en que concebimos el desarrollo urbano.
Por ello, no solo busca adaptarse a la crisis climática, sino también liderar la innovación en la construcción de ciudades resilientes y autosuficientes.