Según señala Pamela Castro, especialista en impuestos, la correcta declaración de estos ingresos resulta crucial
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
En el ámbito tributario, es importante recordar que los ingresos percibidos en efectivo, ya sean billetes o monedas, deben ser debidamente facturados, declarados y acumulados para el cálculo de impuestos como el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y, en su caso, el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Según señala Pamela Castro, especialista en impuestos, la correcta declaración de estos ingresos resulta crucial, ya que, al optar por ingresarlos a cuentas bancarias personales o comerciales, se reduce la probabilidad de que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) detecte discrepancias entre la facturación, la declaración y los depósitos.
Y es que no cumplir adecuadamente con este proceso podría llevar a situaciones de discrepancia fiscal o incluso incurrir en el delito de defraudación fiscal, al declarar montos inferiores a los realmente percibidos.
MEDIDAS
Cabe destacar que desde 2014, el SAT implementó medidas para las deducciones fiscales, limitando a 2 mil pesos los pagos en efectivo que pueden considerarse para este propósito.
La Reforma Fiscal también introdujo modificaciones al artículo 27 fracción tres de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR), estableciendo que para deducir pagos superiores a 2 mil pesos, tanto personas físicas como morales deben utilizar un método de pago distinto al efectivo, además de contar con el comprobante fiscal digital.
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS
- Ingresar al servicio de facturación y seleccionar la forma de pago "en efectivo".
- Completar los datos de facturación correspondientes.
- Al timbrar el CFDI, el SAT identificará el ingreso como recibido en efectivo, debiendo declararse en el próximo pago mensual.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que, según la Ley del ISR, los bancos están obligados a informar al SAT cuando los ingresos en efectivo depositados en una cuenta superan los 15 mil pesos mensuales.
Este aspecto subraya la relevancia de la transparencia en la gestión de ingresos para cumplir con las obligaciones fiscales de manera íntegra.