Luis y su hermano Darío fueron los encargados de dar un giro inesperado a la tradición familiar, que por generaciones se dedicó a la pesca
Por: Redacción
Algunas personas piensan que el destino está determinado desde antes de nacer y en la mayoría de las ocasiones el futuro de una persona depende de su entorno social, pero sobre todo familiar. Sin embargo, Luis Romo retó al destino y para su sorpresa todo resultó mejor de lo que esperaba.
El destino del sinaloense Luis Romo estaba escrito, su rumbo sería mantener viva la tradición de su familia, desde varias generaciones su papá, abuelo y tíos se ganaban el sustento por medio de la pesca, principalmente de ostiones. Sin embargo, el hermano de Luis daría un giro inesperado a la historia familiar.
Darío Romo, hermano de Luis, conoció a Javier Orozco "Chuletita" en la primaria, años más tarde esta coincidencia sería la encargada de que Luis Orozco, papá de Javier Orozco, le consiguiera una oportunidad al ahora jugador estrella del Cruz Azul. Durante una entrevista, Darío compartió lo siguiente:
"Nuestra historia está ligada a otro par de hermanos que jugaron en Primera División. A mí me tocó tener la fortuna de estar en la primaria con Javier Orozco. La verdad, yo no conocía nada del futbol, por casualidad, cosas del destino, me toca estar en la primaria con él y a la edad de ocho años sacan una selección de la primaria, me toca estar junto con Javier"
Resulta que esa pequeña coincidencia durante la infancia fue el factor detonante en el cambio de la vida de los hermanos Romo, quienes pudieron cambiar de profesión a la que su padre y abuelo se habían dedicado durante tantos años. El hermano de Luis mencionó:
El destino de Luis Romo cambio cuando Luis Orozco o también conocido como "Don Chuleta" lo llevó a las instalaciones de La Noria para realizar algunas pruebas para el Cruz Azul. Así fue como el hermano menor de los Romo comenzó en las fuerzas básicas del equipo donde ahora está triunfando