El cuadro que recrea una foto inolvidable en oncología pediátrica

La mamá de un pequeño en tratamiento contra el cáncer comparó la pintura con una fotografía tomada en el hospital

Por: César Omar Leyva

En el área de quimioterapia ambulatoria infantil del IMSS en Ciudad Obregón, un cuadro recientemente colocado como parte de un proyecto de remodelación liderado por una fundación ha conmovido a pacientes, familiares y personal médico.

La obra, que muestra a dos niños con disfraces de superhéroes (uno de ellos en una silla de ruedas) representa la inocencia, imaginación y alegría que los niños conservan, incluso mientras enfrentan el desafío del cáncer.

Lo que hace este cuadro aún más especial es su semejanza con una fotografía que la mamá de un pequeño en tratamiento contra el cáncer rescató de años atrás.

En la imagen, posiblemente tomada en 2018 o 2019 en el mismo pasillo que hoy alberga el ONCOCREAN, dos niños encuentran alegría en un momento cotidiano: uno empuja la silla de ruedas de su amigo mientras ríen y comparten complicidad.

Se trata de Víctor y Leonardo, ambos enfrentaron juntos el tratamiento contra el cáncer hace unos años, y en uno de sus muchos internamientos salían de sus cuartos a jugar en el pasillo.  

Lamentablemente Víctor no pudo superar la enfermedad y su batalla terminó en agosto de 2020, mientras que Leo continúa en un tratamiento que ha sido largo, pero lleno de aprendizajes para él y su familia.

UNA BONITA COINCIDENCIA

Aunque el cuadro no se inspiró directamente en esta escena, ambos reflejan la misma esencia: la capacidad de los niños para transformar el dolor en juego y la adversidad en esperanza.

Este pasillo, ahora es un lugar de atención especializada donde se escribe diariamente la historia de valentía de muchos pequeños héroes y heroínas. En su momento, estos niños encontraron la manera de convertirlo en una pista de carreras o una zona de juegos, recordándonos que la imaginación y la fuerza infantil son inagotables.

El cuadro, que se encuentra en la sala de quimioterapia ambulatoria, no solo embellece el lugar, sino que también guarda la memoria de los cientos de niños que han transitado por ese piso, enfrentando con valentía un camino lleno de retos.

Es un homenaje visual que invita a reflexionar sobre cómo, incluso en los momentos más oscuros, los niños son capaces de encontrar luz, alegría y formas creativas de resistir.