Una atleta de oro puro

Por: Eduardo Sánchez

Cuando tenía 9 meses de nacida Esther Rivera contrajo poliomielitis, un virus infeccioso que afecta la médula espinal y causa parálisis muscular, en el caso de Esther tal padecimiento le generó inmovilidad en todo su cuerpo y gracias a remedios caseros que le puso su madre, recuperó la movilidad de la parte de arriba, pero las secuelas de la enfermedad le produjeron parálisis de la cintura para abajo.


Por: Oviel Sosa

La infancia de Esther no fue nada fácil por su condición física, pero cobijada por el apoyo de su familia encontró en el deporte su mejor aliado para desarrollar habilidades que en un futuro la convertirían en un icono del deporte adaptado.



De joven acudía al deportivo Álvaro Obregón y también a llanos a lanzar jabalina, bala y disco, ya que en aquel entonces la ciudad no contaba con un espacio para que gente con capacidades diferentes realizará deporte, algo que desde el año 2005 es una realidad y tal lugar lleva el nombre de Esther Rivera.



En el año 2002 en Hermosillo se realizaron los Juegos Nacionales para el deporte adaptado, certamen en el que Esther demostró sus cualidades en lanzamiento de Jabalina, actuación que le abrió las puertas para formar parte de la selección mexicana y estar presente en los juegos parapanamericanos que se llevaron a cabo en Mar de Plata Argentina en 2003.



En citada justa Esther tuvo un debut soñado con el representativo nacional, pues dominó su categoría y se colgó la medalla de oro en lanzamiento de jabalina.



Al año siguiente Atenas, Grecia fue sede de los juegos paralímpicos. Un escenario en el que todo atleta anhela estar, en el cual Esther Rivera no solo participó en la competencia, sino que fue protagonista al obtener la presea de oro y además implantar nuevo récord, tras anotar una distancia en lanzamiento de jabalina de 11 metros con 8 centímetros, registró que aún sigue vigente.



“Fue algo muy bonito llegar al podio y escuchar tu himno nacional y la bandera ondear en los más alto, en ese instante se te vienen a la mente miles de emociones”, expresó, con semblante de júbilo.

Con tal logro Esther Rivera se colocó en la cúspide del deporte adaptado en su prueba y categoría. En la carrera que ha labrado ha estado presente en tres juegos paralímpicos, el ya nombrado Atenas, Grecia 2004, al que se suma Pekín 2008 y Londres 2012.



Ha participado en cuatro Mundiales, el último de ellos en Lyon Francia 2013, en el que consiguió el tercer lugar para sumar 2 oros, una plata y un bronce en su recorrido por dicho torneo.



Tiene en su colección de preseas 3 oros y una plata en juegos parapanamericanos, siendo el más reciente certamen en el que vio acción Toronto, Canadá 2015 donde se agenció el segundo lugar.



Lamentablemente en enero se fracturó la cadera y se encuentra en proceso de rehabilitación, situación que condicionó su estancia para los próximos juegos parapanamericanos que se efectuarán en Lima Perú del 26 de julio al 11 de agosto del presente año.



Sin duda alguna Esther Rivera representa una atleta emblemática para México, quien ha base de esfuerzo, dedicación, disciplina, sacrificio, constancia y perseverancia ha escrito una carrera notable.



“No es fácil, pero si tienes disciplina y lo haces con el corazón se logran resultados favorables”, comentó.

El deporte le ha otorgado a Esther crecimiento en todos los sentidos, quien junto con su esposo que también padece desde que era niño parálisis en sus piernas, han sacado adelante a sus tres hijos, dos varones y una mujer, quienes son personas convencionales.

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