
Con un diagnóstico desalentador fue valorado Íker, un pequeñito de cinco años de edad, a quien su natural curiosidad e inocencia le llevaron a jugar con una pila, la cual metió en su boca y la mordió; ahora su futuro es incierto.
El niño fue llevado de inmediato al hospital, al que entró caminando. Con el paso del tiempo, Íker fue empeorando hasta perder la movilidad.
Rápidamente fue sometido a una operación de alto riesgo que desencadenó hidrocefalia y lo dejó postrado en silla de ruedas.

El infante fue diagnosticado con parálisis cerebral espástica cuadriplégica.
La familia de Íker, originaria de Torreón, Coahuila, no cuenta con recursos suficientes para asumir los gastos que la condición del menor implica, por lo que hacen un llamado a las personas.
Requieren apoyo en pañales, toallitas húmedas y aportaciones económicas para tratamientos.
Quienes deseen ayudar, pueden llamar al 87 11 66 42 82, o bien realizar una aportación a la cuenta Banamex 5256 7816 1300 4790.