El atacante, un policía de Australia, se dice descendiente de aborígenes, lo que le permite cazar de ese modo; ya lo investigan
Cobijado por el manto de la noche, un wombat (pequeño marsupial australiano) vagaba tranquilo; de pronto, una luz iluminó el camino: eran los faros del auto de la muerte.
Uno de sus tripulantes, identificado como Waylon Johncock, policía con más de 10 años de trayectoria en la corporación en el sur de Australia, baja en ropa interior del vehículo, corre tras el animalito, que continúa sereno, y de la nada el violento tipo arremete contra él a pedradas, la última de ellas la recibió en la cabeza y le arrebató la vida.
Ahora, autoridades investigan el hecho, que ha causado indignación tanto en redes sociales, como entre defensores de los animales.
Ante ello, Change.org ha lanzado una petición para que Johncock sea investigado y, de ser hallado culpable, procesado, solicitud que ya cuenta con 200 mil firmas.
Waylon, en su defensa, argumentó que, por ser descendiente de aborígenes, cuyas costumbres dictan esta forma de caza, le era permitido atacar al wombat del modo que lo hizo.
