Dice haber ayudado a quitar de en medio al sumo pontífice para ocultar fraude millonario
El 26 de agosto de 1978, humo blanco salió de la Capilla Sixtina, en señal al mundo de que la Iglesia tenía un nuevo líder espiritual: Albino Luciani, nombre real del Santo Padre; sin embargo, murió a 33 días de haber asumido el cargo.
Ahora, después de 4 décadas del deceso de uno de los papas más queridos y carismáticos que haya tenido la Iglesia católica, Juan Pablo I, un exgánster dijo haber participado en su muerte habla y revela cómo fue que lo hicieron.
Anthony Luciano Raimondi, de 69 años y retirado de la mafia desde hace años, reveló detalles de cómo presuntamente sucedieron los hechos, pero en especial para ocultar un fraude financiero.
En una entrevista, el exgánster explicó que cuando tenía 28 años de edad viajó a Italia reclutado por su primo, el cardenal Paul Marcinkus, director del Banco del Vaticano, para que cometiera el homicidio del Papa.
Su trabajo consistiría en permanecer fuera de la habitación papal en tanto el Sumo Pontífice era sedado con Valium en un té, que hizo efecto rápidamente. "Sabía que eso me compraría un boleto de ida al infierno", reveló.
De inmediato, el cardenal Paul Marcinkus preparó una dosis de cianuro, que puso en la boca del Papa y la echó en la boca; luego cerró la puerta de la habitación y se fue.
No obstante, dice, Marcinkus no actuó solo, pues el asistente personal de Juan Pablo vio cuando agonizaba y no actuó, así como dos cardenales más que estaban con él. El médico del Vaticano fue notificado, quien le auscultó y determinó que había dejado de existir.
La muerte de Juan Pablo I fue planeada, asegura Raimondi, pues amenazó a Marcinkus con dar a conocer un fraude en acciones con un valor de mil millones de dólares, perpetrado por funcionarios de El Vaticano, así como expulsarlo de la Iglesia junto con otros cardenales, contó en su libro "When the Bullet Hits the Bone".
"Limpio" el camino de por medio, Juan Pablo II subió pontificado y como también su vida estaba en peligro, optó por no actuar contra los fraudeadores, afirmó.