Fieles católicos de San Luis Potosí han iniciado un ayuno de 40 días como protesta espiritual ante el próximo concierto de Marilyn Manson en la Feria Nacional Potosina (Fenapo), programado para el 10 de agosto. El artista es considerado por los participantes como un símbolo de violencia y antivalores.
Desde el 1 de julio, grupos religiosos han comenzado una jornada de oración, ayuno y obras de misericordia con el objetivo de expresar su rechazo a lo que consideran una "ofensa espiritual" y una contradicción con los valores católicos de la sociedad potosina.
"¿Qué tipo de mensajes estamos normalizando cuando se celebran artistas cuyo historial está marcado por la violencia, la provocación y el escándalo?", cuestionaron los organizadores del movimiento.
Los participantes no planean protestas públicas ni bloqueos, sino una manifestación espiritual silenciosa, buscando reflexionar sobre el tipo de espectáculos que se promueven desde las instituciones gubernamentales.
MARILYN MANSON: SÍMBOLO DE CONTROVERSIA PARA GRUPOS RELIGIOSOS
Los organizadores aseguran que su intención no es coartar la libertad artística, sino generar conciencia sobre el impacto cultural y espiritual de traer a un artista como Marilyn Manson, quien ha sido acusado públicamente por figuras como Evan Rachel Wood de abuso sexual y conducta violenta.
También recuerdan que, tras la masacre de Columbine en 1999, la música del cantante fue señalada como una posible influencia negativa en jóvenes, aunque nunca se comprobaron tales acusaciones. Sin embargo, la imagen pública del artista permanece asociada a una "cultura de muerte", según los creyentes.
LLAMADO A LA REFLEXIÓN SOCIAL
Para los católicos potosinos que participan en esta iniciativa, el concierto no solo representa una elección polémica, sino un desafío a los valores compartidos por gran parte de la comunidad.
"El ayuno y la oración son nuestra manera de pedir paz, conversión y respeto por los valores que sostienen a la sociedad", expresaron.
El movimiento concluirá el 10 de agosto, el mismo día del concierto. Hasta entonces, los fieles seguirán ofreciendo sacrificios personales y oraciones como respuesta a lo que consideran una provocación innecesaria impulsada desde el Gobierno estatal.