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Circo Lozoya


¡Qué curioso! Quienes ayer se molestaban por las “filtraciones” hacia los medios de comunicación, hoy se han convertido en expertos, sin importar que con ello violen las leyes y la secrecía de una investigación, con la exhibición de documentos de demandas judiciales.

¡Qué curioso! Quienes ayer se molestaban por las “filtraciones” hacia los medios de comunicación, hoy se han convertido en expertos, sin importar que con ello violen las leyes y la secrecía de una investigación, con la exhibición de documentos de demandas judiciales.

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Aunque dicen que los del gobierno morenista ya se están convirtiendo en expertos espías y que incluso están superando a los priistas, la verdad es que en realidad el ADN del PRI no se lo han podido quitar tan fácilmente, pues de alguna manera sus raíces son priistas.

Ayer se pudo saber con todo lujo de detalles que el testigo protegido Emilio Lozoya Austin, en su denuncia interpuesta ante el Poder Judicial “embarra” a los ex presidentes Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y hasta Carlos Salinas de Gortari en asuntos de corrupción derivados de la reforma energética.

También aparecen por ahí nombres como los de Ricardo Anaya y José Antonio Meade, que fungían como diputado y ex secretario de Hacienda y Crédito Público, al igual que Luis Videgaray, Jorge Luis Lavalle, Francisco García Cabeza de Vaca, Francisco Domínguez, Salvador Vega Casillas, Osiris Hernández, José Antonio González Anaya y Luis Alberto de Meneses Weyll.

O sea, nadie se escapa de este nuevo episodio telenovelesco que las autoridades nos quieren presentar como un auténtico golpe contra la corrupción, cuando en realidad todo mundo observa en esas acciones un premeditado acto de campaña para colocar a Morena como el adalid de la honorabilidad y decencia. Nada mas lejos de la realidad.

A ninguno de los implicados los consideraríamos como parte de la corte celestial, claro está, pero hoy no se trata de sus errores, que deben pagar por ellos si los cometieron, sino del doble discurso de un gobierno que ante la caída de su popularidad por la falta de resultados económicos, quiere repuntar con espectáculos mediáticos que huelen a sorna para la población.

Es más, aseguran algunos especialistas que en realidad este circo no concluirá en juicios contra los ex presidentes de la República ni mucho menos, sobre todo porque en algunos casos, de haber existido delito, ya pasó hace mucho el tiempo en que debieron haber sido denunciados y por lo tanto esta demanda de Lozoya Austin no conducirá a nada.

Ojalá y nos equivoquemos y que en vez de utilizar toda esta información confidencial de un juicio para proyecciones electorales, sirva para que el gobierno en verdad actúe contra la corrupción del ayer, pero, y eso debe quedar claro, también contra la de hoy pues se supone que se seleccionó a las autoridades actuales para que iniciaran una transformación a la que, dicho sea de paso, no se le alcanza a ver nada nuevo.

La sociedad mexicana se daría por bien servida si el actual testigo protegido del gobierno muestra la contundencia de sus pruebas como un arma para encarcelar a quienes han delinquido contra el patrimonio de los mexicanos.

Pero si solamente se trata de toda una circense actuación, entonces la población tendrá que pensar muy bien en quién confiar el destino de la nación porque, a simple vista, no se encuentra al momento la diferencia entre los que se fueron y los que llegaron.

Lamentablemente, hasta hoy, los políticos mexicanos han demostrado solamente simulación en su desempeño, sobre todo cuando se trata del combate contra la inseguridad, la corrupción y la impunidad.

Ahí parece que se tapan con la misma cobija y eso, indudablemente, es más corrupción.

Ojalá que con este juicio a Lozoya Austin no quieran volver a dar atole con el dedo a los mexicanos.

En las urnas lo pagarán.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com