Tiktok e Instagram están pudriendo tu cerebro y no te estás dando cuenta, según expertos

La investigación analizó el comportamiento de casi 100 mil personas para entender cómo las redes y otros formatos similares influyen en la atención

Por: Brayam Chávez

El consumo diario de videos breves en redes sociales podría estar modificando la forma en que procesamos la información, según un amplio estudio publicado en la base de datos de la Asociación Americana de Psicología. La investigación analizó el comportamiento de casi 100 mil personas para entender cómo TikTok, Instagram Reels y otros formatos similares influyen en la atención y el bienestar emocional.

UN ANÁLISIS MASIVO SOBRE EL USO DE VIDEOS CORTOS

El estudio reunió datos de 98,299 participantes provenientes de 71 investigaciones diferentes. Su objetivo fue identificar de qué manera el formato de video corto, tan común en las plataformas actuales, afecta a usuarios de distintas edades y estilos de vida.

Los resultados muestran un patrón claro: quienes consumen videos breves de forma constante tienden a presentar una menor capacidad de atención y dificultades para inhibir distracciones.

CÓMO LOS VIDEOS RÁPIDOS INFLUYEN EN LA MENTE

Los investigadores explican este fenómeno a través de un proceso de habituación. Al estar expuestos repetidamente a estímulos visuales rápidos, brillantes y de alta intensidad, el cerebro comienza a acostumbrarse a recibir recompensas inmediatas. Esto puede provocar que actividades más lentas, como leer o resolver problemas, resulten menos atractivas o demanden mayor esfuerzo.

En ambos grupos jóvenes y adultos se observó que el consumo excesivo de este tipo de contenido se relaciona con una disminución en el control de la atención, un hallazgo que abre nuevas preguntas sobre cómo se está transformando la forma en que interactuamos con la información.

EFECTOS EN EL BIENESTAR EMOCIONAL

Además de los cambios en la atención, el estudio señala que estos videos activan con fuerza el sistema de recompensa del cerebro, lo que facilita que su uso se vuelva habitual o incluso compulsivo.

El consumo elevado también se vinculó con indicadores negativos en la salud mental, entre ellos:

  • Aumento de la sensación de aislamiento social
  • Menor satisfacción con la vida
  • Problemas para conciliar un sueño de calidad
  • Mayor ansiedad
  • Incremento en la percepción de soledad

Aunque aún se requiere más investigación, los autores advierten que podría existir un vínculo con la autoestima y la imagen corporal.

UN ENFOQUE MÁS AMPLIO QUE ESTUDIOS PREVIOS

A diferencia de trabajos anteriores centrados en una sola red social, esta investigación reconoce que el formato de video corto ya está presente en prácticamente todas las plataformas principales. Por ello, los investigadores desarrollaron también una nueva escala para evaluar la dependencia a este tipo de contenidos, una herramienta que servirá en futuros estudios.

La principal conclusión del reporte es que la omnipresencia de los videos cortos vuelve fundamental comprender cómo están influyendo en nuestro comportamiento y en funciones básicas como la atención.

Los autores señalan que estos hallazgos marcan el inicio de una línea de investigación que se volverá cada vez más necesaria, especialmente a medida que el formato siga creciendo y transformando los hábitos digitales de millones de personas.