En varias regiones se acompaña de música, desfiles y participación ciudadana, convirtiéndose en una auténtica fiesta popular
Por: Ofelia Fierros
Durante el Sábado de Gloria, en distintos países de tradición cristiana, especialmente en América Latina y España, se realiza uno de los rituales más llamativos y simbólicos de la Semana Santa: la quema de Judas.
Esta práctica consiste en prender fuego a una figura elaborada con materiales inflamables, como cartón, trapos o papel, que representa a Judas Iscariote, el apóstol que —según los evangelios— traicionó a Jesucristo por treinta monedas de plata.
LA QUEMA DE JUDAS TIENE SU ORIGEN EN LA EDAD MEDIA
El origen de esta tradición se remonta a la Europa medieval, cuando la Iglesia utilizaba representaciones teatrales para transmitir las enseñanzas bíblicas a una población mayoritariamente analfabeta.
En esas dramatizaciones, Judas era retratado como el traidor por excelencia y, como castigo simbólico, se le ridiculizaba públicamente o se destruía su imagen.
Con la llegada de los conquistadores españoles a América, esta práctica fue adoptada e integrada al proceso de evangelización, combinándose con rituales indígenas locales. En México, por ejemplo, los frailes utilizaron la figura de Judas para simbolizar la purificación de los pecados, incorporándola a las celebraciones del Sábado de Gloria, en coincidencia también con el inicio de la primavera y el ciclo agrícola.
¿CUÁNDO Y CÓMO SE LLEVA A CABO?
Generalmente, la quema de Judas se realiza el Sábado de Gloria, aunque en algunas regiones puede extenderse hasta el Domingo de Resurrección. La quema marca el cierre del luto por la crucifixión y la preparación para celebrar la resurrección de Cristo.
En ese sentido, Judas representa el mal, la traición y los pecados de la humanidad; por lo tanto, su destrucción simboliza una purificación colectiva.
La figura quemada suele ser un muñeco de gran tamaño, elaborado con cartonería, aserrín o tela, y muchas veces relleno de cohetes y pólvora para hacer del momento un espectáculo sonoro y visual.
CRÍTICA SOCIAL Y SÁTIRA POPULAR
Con el paso del tiempo, la figura de Judas ha dejado de representar exclusivamente al personaje bíblico para convertirse también en una herramienta de crítica social. En muchas comunidades, el muñeco adopta los rasgos de personajes públicos —como políticos, empresarios o figuras mediáticas— que han sido señalados por la ciudadanía como corruptos, traidores o responsables de injusticias.
Así, la quema de Judas se transforma en una manifestación colectiva donde el descontento social se canaliza a través del humor, la sátira y el simbolismo.