Santoral de hoy, 26 de julio: Santa Ana y San Joaquín, padres de María y patronos de los abuelos

Este día, la Iglesia Católica celebra la fiesta de los abuelos de Jesús, eslabones de suma importancia en la transmisión de la fe

Por: Ofelia Fierros

Este sábado 26 de julio, la Iglesia Católica conmemora a San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús. Esta fecha, más allá del calendario litúrgico, se ha convertido en una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de los abuelos y el rol esencial que juegan dentro de la familia y la sociedad.

San Joaquín y Santa Ana son considerados los santos patronos de los abuelos, y su memoria resalta el valor de la transmisión de la fe, el amor familiar y el vínculo entre generaciones. Fueron ellos quienes educaron a la Virgen María en la fe del pueblo de Israel, preparándola espiritualmente para su misión como Madre del Salvador.

La Iglesia insiste en que el testimonio de estos santos no solo es espiritual, sino también profundamente humano. El Papa Francisco, en numerosas ocasiones, ha destacado el papel de los abuelos como puentes entre generaciones. En una de sus reflexiones, citando el Documento de Aparecida, subrayó:

"Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos. Los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de su vida" (n. 447).

Por su parte, el Papa Benedicto XVI, en 2009, recordaba que los abuelos son "depositarios y con frecuencia testimonio de los valores fundamentales de la vida", reforzando así su rol educativo y espiritual en el entorno familiar.

Durante la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 en Río de Janeiro, el Papa Francisco volvió a destacar la importancia de San Joaquín y Santa Ana como eslabones vitales en la transmisión de la fe:

"¡Qué precioso es el valor de la familia, como lugar privilegiado para transmitir la fe!"

Esta celebración invita a valorar el papel de los abuelos no solo en la crianza y educación, sino también en el diálogo intergeneracional, como pilares que sostienen la identidad y la memoria familiar. Es, además, una ocasión propicia para expresar gratitud, afecto y reconocimiento hacia quienes han dedicado su vida a cuidar, guiar y acompañar a sus hijos y nietos.