Cada 24 de septiembre, miles de fieles alrededor del mundo renuevan su fe bajo su amparo, recordando que la verdadera libertad nace del amor y la fe
Por: Ofelia Fierros
Cada 24 de septiembre, el santoral de la Iglesia Católica celebra a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced, también conocida como Virgen de las Mercedes, una figura venerada en todo el mundo por su mensaje de misericordia, redención y esperanza.
El nombre de esta advocación mariana proviene del término "merced", que significa "misericordia", "gracia" y "perdón". A lo largo de los siglos, esta devoción ha inspirado a miles de fieles a trabajar por la liberación de los oprimidos y a fortalecer su fe en momentos de dificultad.
ORIGEN DE LA DEVOCIÓN: UNA APARICIÓN QUE CAMBIÓ VIDAS
La historia de la Virgen de la Merced se remonta al siglo XIII, cuando, según la tradición, la Virgen María se apareció a San Pedro Nolasco, un comerciante originario de Aquitania (Francia) y residente en Barcelona (España). En ese tiempo, numerosos cristianos eran capturados por piratas musulmanes y esclavizados en el norte de África, donde sufrían condiciones inhumanas y, en muchos casos, perdían la fe.
Conmovido por esta realidad, Nolasco comenzó a usar su patrimonio personal para rescatar cautivos, intercambiándolos por dinero o mercancías. Cuando los recursos escasearon, pidió ayuda divina. Fue entonces cuando la Virgen le pidió fundar una orden religiosa dedicada a la redención de los prisioneros.
FUNDACIÓN DE LA ORDEN DE LA MERCED
El 10 de agosto de 1218 se fundó en Barcelona la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos, conocida como la Orden de la Merced. Esta congregación fue creada por San Pedro Nolasco, con el apoyo de San Raimundo de Peñafort y el rey Jaime I de Aragón, quienes también afirmaron haber recibido una aparición de la Virgen.
Los mercedarios, además de los votos tradicionales de pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto: ofrecerse a sí mismos como rehenes si era necesario para liberar a un cristiano cautivo. Muchos miembros de la orden entregaron su vida cumpliendo esta misión.
RECONOCIMIENTO DE LA IGLESIA Y EXPANSIÓN DE LA DEVOCIÓN
La devoción a la Virgen de la Merced fue oficialmente reconocida por el Vaticano en 1265. Posteriormente, en 1696, el Papa Inocencio XII estableció el 24 de septiembre como la fecha oficial de su festividad.
Con la llegada de los misioneros mercedarios a América Latina en el siglo XVI, la devoción se extendió por gran parte del continente, especialmente en países como Perú, Ecuador, República Dominicana, Argentina, Nicaragua y Brasil, donde hoy sigue siendo profundamente arraigada.
PATRONAZGOS
A lo largo de los siglos, la Virgen de la Merced ha sido proclamada patrona de numerosos lugares e instituciones. Es la Patrona de República Dominicana, así como de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú, y de diversas ciudades como Barcelona (España), Machala y Latacunga (Ecuador), y Santiago de los Caballeros de León (Nicaragua).
También se le considera patrona de las cárceles, prisioneros y personas privadas de libertad, siendo un símbolo de esperanza para quienes buscan redención.