Este santo destacó por su fe y su preocupación por la salud del pueblo. Fue ejemplo de servicio, humildad y compromiso cristiano
Por: Ofelia Fierros
Cada 18 de julio, el santoral de la Iglesia Católica conmemora a San Arnulfo de Metz, figura clave de la Edad Media y venerado hoy como el patrono de la cerveza y de quienes la elaboran.
San Arnulfo de Metz, también conocido como San Arnoldo, fue un obispo franco que vivió entre finales del siglo VI y comienzos del siglo VII. Su legado espiritual y humano va más allá de lo religioso, al punto de ser considerado un protector de los cerveceros por razones que combinan sabiduría, salud pública y fe.
¿QUIÉN FUE SAN ARNULFO?
Arnulfo nació en el año 580 en Mosela, una región de la antigua Austrasia –territorio del reino Franco– y formó parte de la corte real bajo el reinado de Teodoberto II. Ocupó importantes cargos políticos y militares, llegando a comandar seis provincias. Sin embargo, en 612 abandonó la vida pública para ingresar a la vida religiosa, siendo ordenado sacerdote y más tarde obispo de Metz. En 627 se retiró a un monasterio en Remiremont, donde murió el 19 de julio de 640.
CERVEZA, SÍMBOLO DE SALUD
El vínculo de San Arnulfo con la cerveza no tiene relación con la embriaguez. El santo promovía el consumo de cerveza por motivos sanitarios: en aquella época, los ríos eran usados como basureros y representaban una grave fuente de enfermedades. En cambio, la cerveza –que se hervía durante su elaboración– era mucho más segura para beber.
Así, Arnulfo aconsejaba evitar el agua contaminada y consumir cerveza como alternativa saludable. Su predicación, según algunos historiadores, pudo haber salvado muchas vidas.
EL MILAGRO DE LA CERVEZA
La fama de San Arnulfo como patrono cervecero se consolidó un año después de su muerte. Durante el traslado de sus restos al pueblo de Metz, quienes acompañaban el cortejo sufrieron una fuerte sed. Al encontrar apenas un pequeño barril de cerveza, ocurrió lo inesperado: la bebida alcanzó para todos los presentes. Este hecho fue interpretado como un milagro y dio origen a su devoción entre los cerveceros.
UN EJEMPLO DE SANTIDAD COTIDIANA
Más allá de este curioso patronazgo, San Arnulfo es recordado por su entrega a la Iglesia y su preocupación tanto por la salud espiritual como física de su pueblo. Su vida fue ejemplo de servicio, humildad y compromiso con el bienestar común.
Hoy, su figura inspira a millones y su historia recuerda que incluso los gestos más simples, como recomendar una bebida segura, pueden tener un impacto profundo y duradero.