Santoral de hoy, 11 de noviembre: San Martín Caballero, el soldado que cambió la espada por la fe

Este soldado romano dejó las armas para servir a Dios; su humildad y compasión lo hicieron uno de los santos más amados del cristianismo

Por: Ofelia Fierros

Cada 11 de noviembre, el santoral de la Iglesia Católica conmemora a San Martín de Tours, un antiguo soldado romano que abandonó la milicia para servir a Dios. Su vida, marcada por la humildad, la compasión y la entrega, lo convirtió en uno de los santos más queridos del cristianismo.

San Martín de Tours o San Martín Caballero, nació alrededor del año 316 en Panonia, actual Hungría. Hijo de un oficial romano, siguió el camino de su padre y se unió al ejército imperial a los 15 años. Sin embargo, su historia tomó un rumbo distinto: mientras servía como soldado, descubrió el mensaje del Evangelio y decidió abrazar el cristianismo, convirtiéndose en catecúmeno.

Su vida dio un giro radical. Dejó de ser un soldado del emperador para convertirse en un "soldado de Cristo", guiado por la justicia y la misericordia. La fe le inspiró a cambiar la guerra exterior por la batalla interior contra el mal, recordando que el verdadero combate espiritual se libra en el corazón.

UN GESTO QUE CAMBIÓ LA HISTORIA: LA CAPA COMPARTIDA CON UN MENDIGO

Uno de los episodios más famosos de su vida ocurrió en Amiens, al norte de Francia. En una noche fría, Martín se topó con un mendigo tiritando a las puertas de la ciudad. Sin dudarlo, desenvainó su espada y cortó su capa en dos. Entregó una mitad al necesitado para abrigarlo.

Aquella acción conmovió a todos, pues los soldados romanos tenían prohibido mostrar compasión. Días después, Martín soñó con Jesús, quien le dijo a los ángeles: "Martín, siendo aún catecúmeno, me ha cubierto con su manto". Ese gesto de amor quedó inmortalizado en el arte y la devoción popular; incluso el pintor El Greco lo retrató en una de sus obras más célebres.

DEL EJÉRCITO A LA VIDA MONÁSTICA

Tras abandonar la milicia, Martín se unió a San Hilario de Poitiers y adoptó un estilo de vida ascético, dedicado a la oración y la meditación. Fundó el primer monasterio de Europa, en Ligugé, Francia, y más tarde fue ordenado sacerdote. Su ejemplo y sabiduría lo llevaron a ser elegido obispo de Tours, cargo desde el cual impulsó la evangelización y combatió la influencia de las doctrinas paganas.

A pesar de su firmeza doctrinal, su corazón estaba lleno de misericordia. Cuando el obispo Prisciliano fue condenado a muerte por herejía, Martín intercedió ante el emperador romano para evitar su ejecución. Aunque su petición no fue escuchada, su gesto de compasión reforzó su fama de pastor justo y pacífico.

San Martín Caballero, un santo muy venerado en todo el mundo. Foto: AciPrensa

EL NACIMIENTO DE LA PALABRA "CAPILLA"

Tras su muerte en el año 397, la media capa que había regalado al mendigo fue conservada como una reliquia sagrada. El pequeño santuario donde se guardaba fue llamado "capilla" —del latín cappella, que significa ´pequeña capa´—. Con el tiempo, ese término se extendió para referirse a cualquier templo o espacio destinado a la oración.

UN SANTO VENERADO EN TODO EL MUNDO

San Martín de Tours es patrono de Francia, Hungría y de varias ciudades de América Latina, entre ellas Buenos Aires, Argentina. Según la tradición, los fundadores de la ciudad pusieron su nombre bajo su protección tras tres sorteos consecutivos en los que el santo resultó elegido, interpretando aquello como un signo divino.

También es patrono de la Guardia Suiza, el cuerpo encargado de custodiar al Papa en el Vaticano, símbolo de lealtad y servicio.