Lejos de ser un lujo o una tarea para grandes atletas, puede ser tu mejor aliado diario para sentirte mejor, pensar más claro y recuperar el control
Por: Marcela Islas
En la búsqueda del bienestar emocional, además de la terapia y el acompañamiento de los profesionales de la salud mental, el ejercicio ha emergido como una de las herramientas más poderosas, accesibles y respaldadas por la ciencia.
A diferencia de muchos tratamientos tradicionales para la depresión y la ansiedad, como los medicamentos, que pueden tener efectos secundarios, o la terapia, que no siempre funciona igual para todos, el ejercicio regular muestra beneficios consistentes en la mayoría de las personas.
¿ES REALMENTE EL EJERCICIO UNA HERRAMIENTA PARA MEJORAR LA SALUD MENTAL?
Décadas de estudios han demostrado que el movimiento físico frecuente no solo mejora la salud cardiovascular o la figura, sino que tiene un impacto profundo en el cerebro.
En casos de depresión leve a moderada, el ejercicio puede ser tan efectivo como los antidepresivos. Y en muchos casos, una combinación de ambos ofrece los mejores resultados. Pero ¿por qué funciona?
Mover el cuerpo activa una serie de procesos biológicos que influyen directamente en el estado de ánimo. Se incrementa el flujo sanguíneo al cerebro, se reduce la inflamación, se mejora la plasticidad cerebral y se liberan sustancias químicas que nos hacen sentir bien, como serotonina, dopamina y endorfinas.
Incluso, según investigaciones recientes, el ejercicio estimula el nacimiento de nuevas neuronas en el hipocampo, una región clave en la regulación del estado de ánimo y la memoria.
No es necesario entrenar como atleta. Caminar 10 minutos al día puede marcar la diferencia. "¿Servirá de algo este paseo?", se preguntan muchos. La respuesta es sí. Mucho más de lo que imaginas.
¿CUÁLES SON LOS MEJORES EJERCICIOS PARA COMBATIR LA DEPRESIÓN Y LA ANSIEDAD?
Ciertas disciplinas como el yoga o el taichí parecen especialmente efectivas para tratar la ansiedad, por su enfoque en la conexión mente-cuerpo y la atención plena. Mientras tanto, los entrenamientos intensos como el HIIT han demostrado ser útiles contra la depresión, aunque requieren constancia y adaptación.
Eso sí, no hay fórmula mágica. La clave está en elegir una actividad que disfrutes. Porque si no te gusta, simplemente no la harás. Contar con un entorno de apoyo o un compañero de entrenamiento puede marcar la diferencia cuando falta la motivación.
Cuidar la salud mental debe ser tan importante como cuidar la física. Y el ejercicio, lejos de ser un lujo o una tarea pendiente, puede ser tu mejor aliado diario para sentirte mejor, pensar más claro y recuperar el control cuando todo parece nublarse. Moverse, literalmente, puede cambiarte la vida.