¿Qué significa que a alguien no le guste bailar? Esto dice la ciencia

Bailar permite liberar sentimientos, conectar con otros e incluso comunicar sin palabras

Por: César Leyva

Aunque bailar es una de las actividades más comunes en fiestas, celebraciones y otro tipo de encuentros sociales, no todas las personas disfrutan de moverse al ritmo de la música.

Para algunas, el baile puede ser incómodo, innecesario o incluso estresante. Pero, ¿qué dice la Psicología sobre las razones detrás de esta aversión?

EL BAILE COMO FORMA DE EXPRESIÓN EMOCIONAL

El gusto por el baile está relacionado con la forma en que las personas expresan emociones. Bailar permite liberar sentimientos, conectar con otros e incluso comunicar sin palabras.

Además, es una práctica con profundas raíces culturales: durante siglos ha sido un medio de expresión humana, capaz de contar historias y fortalecer vínculos sociales.

Sin embargo, no todos se sienten cómodos con esta forma de expresión. Mientras para unos bailar resulta una experiencia liberadora, para otros puede convertirse en una fuente de ansiedad o incomodidad.

¿POR QUÉ ALGUNAS PERSONAS EVITAN BAILAR?

Diversos estudios han explorado por qué ciertas personas no disfrutan bailar. Uno de ellos, realizado por investigadores de la Universidad de Tennessee y publicado en Nature Human Behaviour, sugiere que hay factores genéticos que pueden influir en esta conducta.

De acuerdo con la investigación, la capacidad de sincronizar movimientos con sonidos y ritmos puede estar influenciada por la herencia genética.

En otras palabras, algunas personas nacen con una mayor facilidad para coordinarse con la música, lo cual podría hacer que disfruten más del baile. No se trata de heredar el gusto por bailar, sino de poseer o no ciertas habilidades que favorecen esa experiencia.

INSEGURIDAD, JUICIO SOCIAL Y PREFERENCIAS PERSONALES

Además de factores biológicos, hay razones psicológicas que explican el rechazo al baile. Muchas personas evitan esta actividad por inseguridad o miedo al juicio de los demás. El temor a "bailar mal", la falta de confianza corporal o una fuerte autocrítica pueden generar incomodidad, lo que lleva a evitar por completo estos contextos sociales.

Por otro lado, no todos disfrutan del tipo de música que generalmente acompaña al baile. En algunos casos, los estilos musicales populares no resultan atractivos, lo que reduce aún más el interés por participar.