Obispo católico saca "los prohibidos" bailando en encuentro con jóvenes

Don José Leopoldo González no dudó en unirse a la alegría juvenil y bailó con los asistentes al encuentro

Por: César Leyva

Este fin de semana se celebró la Jornada Diocesana de la Juventud en Tepatitlán, Jalisco, comunidad perteneciente a la Diócesis de San Juan de los Lagos. El evento se volvió viral en redes sociales gracias a un momento protagonizado por el obispo José Leopoldo González, de 70 años, quien no dudó en cantar y bailar junto a los miles de jóvenes congregados.

Después de presidir la misa, en la que exhortó a los jóvenes a ser verdaderos samaritanos con su prójimo y a no perder la alegría que brota del encuentro auténtico con Dios, el obispo se unió a la parte festiva de la jornada.

Sobre el escenario y frente a una multitud entusiasta, monseñor González participó en los bailes organizados por la Pastoral Juvenil, destacando su animada interpretación del popular canto "El motorcito", donde se le vio saltar y moverse al ritmo de la música como uno más del grupo.

GESTO DE CERCANÍA CON LA JUVENTUD

Los videos del momento no tardaron en hacerse virales. Para muchos, fue un gesto significativo de cercanía y apertura, mostrando el rostro alegre de un pastor que no solo guía espiritualmente, sino que también celebra la vida junto a su comunidad.

El encuentro también incluyó espacios de oración, una misa solemne y una mega peregrinación por las principales calles de Tepatitlán.

"Cuando el Papa Francisco dijo que un pastor debe tener olor a oveja y ser cercano a su pueblo, se refiere a esto", se escucha en un video publicado por la Pastoral Juvenil de la diócesis. En él, se muestran imágenes del obispo caminando con los jóvenes, orando con ellos, celebrando la misa y, también, bailando y cantando.

SU TRAYECTORIA EN EL EPISCOPADO

Don José Leopoldo González fue nombrado obispo de San Juan de los Lagos el 25 de mayo de 2024, tras haber sido el primer obispo de la Diócesis de Nogales (2015-2024) y anteriormente obispo auxiliar de Guadalajara.

Aunque poco común ver a un obispo bailar en público, este gesto de cercanía refleja el esfuerzo de la Iglesia por estar presente y acompañar a los jóvenes, demostrando que la alegría no está reñida con la oración, la reflexión ni la vida de fe.