Este descubrimiento abre una nueva línea de investigación y plantea la posibilidad de que muchas de las maravillas del mundo no fueran un misterio
Por: Brayam Chávez
Durante siglos, las pirámides de Egipto han sido uno de los mayores enigmas de la historia de la humanidad. Su construcción, precisión y monumentalidad han dado pie a innumerables teorías sobre cómo fue posible levantar tales estructuras sin la tecnología moderna. Sin embargo, un reciente estudio científico podría ofrecer una respuesta más cercana a la realidad.
UNA NUEVA HIPÓTESIS SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE LAS PIRÁMIDES
Investigadores franceses del Instituto Paleotécnico de la Comisión de Energía Atómica y Energías Alternativas (CEA), liderados por Xavier Landreau, propusieron una hipótesis que podría cambiar la manera en que entendemos la ingeniería del Antiguo Egipto. Según su estudio, publicado en la revista PLOS ONE, los egipcios podrían haber utilizado un sistema hidráulico para mover y elevar los enormes bloques de piedra de la Pirámide Escalonada de Djoser, ubicada en Saqqara.
El mecanismo habría aprovechado la gestión del agua y los sedimentos para facilitar el transporte de materiales de varias toneladas, reduciendo así la necesidad de fuerza humana. Esta idea representa una alternativa innovadora frente a las teorías tradicionales que se basan en rampas o mano de obra masiva.
EL AGUA COMO HERRAMIENTA DE INGENIERÍA
De acuerdo con el estudio, los constructores egipcios pudieron diseñar un sistema interno de elevación hidráulica que funcionaba de manera similar a un volcán. El agua libre de sedimentos, proveniente de un foso seco, se habría utilizado para impulsar los bloques desde el interior de la pirámide hacia niveles superiores.
Este sistema no solo habría permitido el movimiento de las piedras con mayor facilidad, sino que también demostraría un conocimiento avanzado de principios hidráulicos. Los investigadores señalan que el Gisr el-Mudir, una estructura cercana, habría actuado como presa para retener sedimentos y regular el flujo de agua. A su vez, la parte sur del foso habría funcionado como un sistema de purificación, garantizando que el agua empleada en la construcción estuviera limpia y libre de impurezas.
APROVECHANDO LAS CRECIDAS DEL NILO
Antes de la Cuarta Dinastía, los egipcios se enfrentaban a un problema recurrente: las inundaciones anuales del Nilo, que a menudo afectaban los sitios de construcción. No obstante, este estudio sugiere que los ingenieros de la época convirtieron ese obstáculo natural en una ventaja, utilizando las crecidas como fuente de energía hidráulica.
Gracias a esta innovación, la arquitectura egipcia habría dado un salto monumental. En apenas una generación, el tamaño de los bloques utilizados se duplicó. Para la época de la Gran Pirámide de Keops, alrededor del año 2550 a.C., algunos bloques ya superaban las cinco toneladas de peso.
Los especialistas estiman que, si se hubiera utilizado el método tradicional de rampas, habrían sido necesarios al menos 4000 obreros trabajando de manera constante para mover cada bloque. En cambio, un sistema hidráulico habría reducido significativamente el esfuerzo humano y optimizado el proceso constructivo.
UN POSIBLE CAMBIO EN LA HISTORIA DE LA INGENIERÍA ANTIGUA
El estudio francés no solo ofrece una explicación más lógica sobre la construcción de las pirámides, sino que también revaloriza el conocimiento técnico y científico de los antiguos egipcios. Si esta teoría se confirma, el uso de sistemas hidráulicos representaría una de las innovaciones más avanzadas de la antigüedad, capaz de transformar la visión que se tiene sobre la ingeniería en el Egipto faraónico.
Este descubrimiento abre una nueva línea de investigación y plantea la posibilidad de que muchas de las maravillas del mundo antiguo no fueran producto del misterio, sino del ingenio humano.