Por: Eduardo Sánchez
Fue hasta el minuto 92 que se relajó, que se paró de su asiento y le dio un abrazo a Scoponi, justo después de que Raúl Jiménez concretara con frialdad un penal muy polémico que se animó a marcar el árbitro Abdulrahman Al-Jassim por una supuesta falta sobre el delantero del Wolverhampton.
El conjunto del Caribe defendió con mucho orden, con garra y desesperó a los mexicanos, incluso en los últimos instantes vino un disparo al travesaño que hizo temblar al Tricolor.