¿Los videojuegos afectan a la mente? Este estudio responde a la incógnita

Mientras algunos sectores los relacionan con aislamiento o problemas emocionales, una investigación reciente arroja un resultado por lo menos curioso

Por: Brayam Chávez

Los videojuegos forman parte del día a día de millones de jóvenes alrededor del mundo. Sin embargo, su influencia en la salud mental ha sido motivo de debate durante años. Mientras algunos sectores los relacionan con aislamiento o problemas emocionales, una investigación reciente publicada en Psychological Reports arroja conclusiones distintas y mucho más equilibradas.

¿LOS VIDEOJUEGOS DAÑAN LA SALUD MENTAL?

El estudio analizó a 762 personas entre 18 y 44 años, evaluando factores como regulación emocional, relaciones interpersonales y mecanismos de defensa. Los resultados muestran que, en general, no hay diferencias significativas en la salud mental entre gamers y no gamers.

"Los gamers no presentan más problemas psicológicos que quienes no juegan", afirmó el profesor Ekin Emiral, uno de los autores principales de la investigación.

DIFERENCIAS LEVES EN RASGOS DE PERSONALIDAD

Aunque no se encontraron problemas psicológicos graves, sí se detectaron pequeñas variaciones:

Los no gamers mostraron tendencias más altas en rasgos paranoides, narcisistas, histriónicos, evitativos y dependientes.

Los gamers tuvieron un ligero aumento en rasgos antisociales y esquizotípicos.

Tras ajustar por edad, la mayoría de estas diferencias perdió relevancia estadística, manteniéndose solo tres patrones menores que no configuran perfiles patológicos.

RELACIONES SOCIALES Y VIDA EN COMUNIDAD

Uno de los temores más extendidos es que los videojuegos generen aislamiento. Sin embargo, el estudio halló que no existen diferencias significativas en la capacidad para relacionarse, la seguridad afectiva o el sentimiento de alienación entre gamers y no gamers. Es decir, jugar videojuegos no interfiere con la construcción de vínculos sociales sanos.

El análisis también reveló que los jugadores tienden a usar más mecanismos de defensa maduros, como el humor, la anticipación o la sublimación. En contraste, los no gamers mostraron mayor uso de mecanismos neuróticos, como la represión.

Ambos grupos presentaron niveles similares de regulación emocional, lo que indica que el gaming no afecta la capacidad para gestionar sentimientos o enfrentar el estrés.

LIMITACIONES DEL ESTUDIO Y PRÓXIMOS PASOS

Los investigadores señalan algunas limitaciones: la muestra tuvo más hombres que mujeres y la clasificación de gamers y no gamers se basó en auto-reporte. Además, al tratarse de un estudio transversal, no permite determinar efectos a largo plazo.

Para futuros análisis, recomiendan equilibrar la muestra por género, considerar los diferentes géneros de videojuegos y realizar seguimientos prolongados que permitan identificar si ciertos rasgos se desarrollan por el gaming o si las personas con esos rasgos tienden a jugar más.

UNA NUEVA MIRADA HACIA LOS VIDEOJUEGOS

Lejos de representar un riesgo automático, los videojuegos pueden considerarse una forma de expresión y desarrollo personal, comparable a otras actividades culturales. De hecho, algunos resultados sugieren que los gamers poseen estrategias de afrontamiento más maduras.

Este estudio invita a dejar atrás la idea de que jugar videojuegos afecta negativamente la mente y abre la puerta a comprenderlos como un espacio de entretenimiento, aprendizaje y adaptación.