Científicos y entidades sanitarias indican que podrían implicar ciertos peligros; sin embargo, las investigaciones continúan en curso.
Por: Brayam Chávez
Cuando los endulzantes artificiales se introdujeron en el mercado de Estados Unidos en los años 50, los productores de alimentos hicieron una gran declaración: que podían cubrir el gusto dulce de los ciudadanos estadounidenses sin los impactos perjudiciales para la salud ni las calorías del azúcar.
EL IMPACTO EN LOS ENDULZANTES ARTIFICIALES
Actualmente, los edulcorantes sintéticos y otros equivalentes al azúcar se han vuelto omnipresentes en el abastecimiento de alimentos, ya que se encuentran en una amplia gama de productos, incluyendo refrescos dietéticos, pan de molde y yogures con bajo contenido de azúcar, por no mencionar tu café matinal.
Sin embargo, los sustitutos del azúcar han generado interrogantes durante décadas, y tanto los científicos como las autoridades sanitarias proponen que estas sustancias podrían representar ciertos peligros para la salud.
Las investigaciones científicas acerca de los impactos de los sustitutos del azúcar en el cuerpo son iniciales, complicadas y en ocasiones contradictorias.
"No se han estudiado todo lo que se debería en humanos", dijo Dariush Mozaffarian, cardiólogo y director del Instituto de Alimentos como Medicina de la Universidad de Tufts.
Esto nos deja con numerosas incertidumbres acerca de cómo evaluar sus potenciales ventajas y peligros
¿CUÁLES SON LOS POSIBLES RIESGOS?
Además, el consumo excesivo de azúcar es indudablemente dañino para la salud, de acuerdo con Elinav, y los estudios lo vinculan con un incremento en el riesgo de diabetes tipo 2, cardiopatías y obesidad. La American Heart Association aconseja que las mujeres no ingieran más de 25 gramos de azúcar diariamente, mientras que los hombres no superen los 36 gramos. Una lata de Coca-Cola de 355 mililitros incluye 39 gramos de azúcar.
Teniendo en cuenta estos daños conocidos, es mejor elegir bebidas edulcoradas artificialmente, como los refrescos de dieta, en lugar de los normales si se consumen a diario, afirmó Mozaffarian. Sin embargo, añadió, el objetivo es minimizar el consumo de ambos a largo plazo.
Vadiveloo compartió esa valoración y propuso métodos para disminuir progresivamente tanto los azúcares añadidos como los equivalentes de azúcar en la alimentación.
Para disminuir la ingesta de bebidas habituales o nutritivas, puedes probar agua carbonatada enriquecida con un pequeño vaso de zumo de fruta, recomendó. O, en vez de adquirir yogur con azúcar, intenta incorporar fruta y un poco de miel al yogur puro.
Hace mucho tiempo, Vadiveloo preparaba su café con Splenda, pero gradualmente disminuyó la cantidad que empleaba. "Ahora solo tomo el café con leche, y no echo de menos el dulzor", expresó.