Una de las costumbres más arraigadas es el consumo de este fruto a las 0:00 horas del 1 de enero, pero existen diferentes versiones según el país
Por: Marcela Islas
Las celebraciones de Año Nuevo llegan este 31 de diciembre y, junto con el brindis, la cena y los abrazos con familiares y amigos, llegan también los rituales para atraer la abundancia, la prosperidad y la buena fortuna.
Entre ellos, uno de los más populares y queridos es, sin duda, el de comer las 12 uvas a la medianoche. Pero la pregunta sigue vigente cada año: ¿se piden deseos o se establecen propósitos al comerlas?
En muchas culturas, los alimentos juegan un papel simbólico durante estas fechas. Por ejemplo, en Italia es tradición comer lentejas estofadas después de las campanadas para atraer dinero y fortuna, mientras que en Grecia se prepara un gran pastel con una moneda en su interior, destinada a llenar de suerte a quien la encuentra.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA TRADICIÓN DE LAS 12 UVAS?
En México, Portugal y varios países de Latinoamérica, el protagonismo lo tienen las uvas, que se convierten en el centro del ritual de Año Nuevo.
El origen de esta costumbre se remonta a España y existen al menos dos versiones ampliamente difundidas. La primera sitúa su inicio en 1882, cuando la clase burguesa española adoptó la moda francesa de beber champán y comer uvas durante la cena de Nochevieja.
En respuesta, un grupo de madrileños decidió ironizar la tradición y se reunió en la Puerta del Sol para comer uvas al ritmo de las campanadas del reloj, como una especie de burla hacia las élites.
La segunda versión apunta al año 1909, cuando los productores de uva de Alicante tuvieron una cosecha excepcional.
Para evitar pérdidas, comenzaron a venderlas como "Uvas de la suerte", promoviendo su consumo durante la cena de Año Nuevo. La idea fue tan bien recibida que la tradición se consolidó y cruzó fronteras.
¿DESEOS O PROPÓSITOS CON LAS 12 UVAS?
Hoy en día, el ritual indica que, justo a las 00:00 horas del 1 de enero, se deben comer 12 uvas, una por cada campanada del reloj.
Cada uva simboliza un mes del año y puede representar un deseo o un propósito. Aquí no hay reglas estrictas: algunas personas piden deseos concretos, mientras que otras prefieren plantearse metas claras para los próximos 12 meses.
Eso sí, la tradición señala que lograr comer las 12 uvas en un solo minuto es señal de buena suerte. No es tarea fácil, especialmente si las uvas son grandes, pero el intento forma parte de la diversión.
Al final, más allá de si se piden deseos o se fijan propósitos, este ritual crea un momento de unión, optimismo y esperanza para iniciar el nuevo año con la mejor actitud... y sin atragantarse, por favor.