El jengibre es reconocido por sus propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y carminativas
Por: César Leyva
¿Sufres de náuseas, malestar estomacal o digestión lenta? La naturaleza tiene una solución sencilla y efectiva que consiste en una infusión de limón y jengibre. Este remedio casero no solo es fácil de preparar, sino que también está respaldado por siglos de uso tradicional y beneficios comprobados para el sistema digestivo.
BENEFICIOS DEL LIMÓN Y JENGIBRE PARA LA DIGESTIÓN
El jengibre es reconocido por sus propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y carminativas. Ayuda a reducir las náuseas, combate la hinchazón y estimula el movimiento gastrointestinal, facilitando la digestión.
Por su parte, el limón es una fuente rica en vitamina C y antioxidantes. Su acidez natural estimula la producción de jugos gástricos y favorece la descomposición de los alimentos, aliviando la indigestión y el reflujo leve.
¿CÓMO PREPARAR UNA INFUSIÓN DE LIMÓN Y JENGIBRE?
Ingredientes:
- 1 taza de agua
- 1 trozo de jengibre fresco (2-3 cm)
- Jugo de medio limón
- Miel (opcional, al gusto)
Preparación:
- Pela y corta el jengibre en rodajas finas.
- Lleva el agua a ebullición y añade el jengibre.
- Deja hervir a fuego lento durante 5-10 minutos.
- Retira del fuego, añade el jugo de limón y mezcla bien.
- Cuela la infusión y endulza con miel si lo deseas.
¿CUÁNDO TOMARLO?
Puedes beber esta infusión después de las comidas principales o cuando sientas náuseas o pesadez estomacal. También es ideal en ayunas para estimular el sistema digestivo al comenzar el día.
La infusión de limón y jengibre es una opción natural, económica y efectiva para mejorar la digestión y combatir las náuseas. Prueba integrando esta bebida a tu rutina diaria y podrás experimentar sus beneficios desde la primera taza.