Fe a -50 °C en la Antártida: así es la capilla de hielo en el fin del mundo

La Pastoral Antártica que acompaña espiritualmente al personal militar y científico destinado en el continente blanco

Por: César Leyva

En uno de los territorios más extremos del planeta, donde las temperaturas pueden descender por debajo de los -50 grados centígrados y el silencio del hielo lo envuelve todo, existe un lugar dedicado a la oración. Se trata de una capilla tallada en hielo en la Antártida, considerada el templo católico más austral del mundo.

Ubicada en el Nunatak Bertrab, en la bahía de Vahsel, esta capilla forma parte de la Base Antártica Belgrano II, administrada por el gobierno argentino. Se encuentra a unos 1300 kilómetros del Polo Sur y enfrenta condiciones únicas: cuatro meses de noche polar, cuatro de día continuo y la posibilidad de observar auroras polares que iluminan el cielo antártico.

El templo está dedicado a la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves Antárticas. Tallada dentro de una gruta de hielo, la capilla se ilumina en verano con destellos azules cuando la luz solar atraviesa los cristales congelados, creando un ambiente propicio para el recogimiento y la devoción.

ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL PARA MILITARES Y CIENTÍFICOS

Según el padre Pablo Daniel Caballero Karanik, capellán castrense de la Armada Argentina, allí se ha celebrado Misa de manera continua durante décadas.

Ya en 1956, el padre Emilio Rezzonico ofició la Eucaristía a la intemperie, sobre hielo y nieve. Años después, la celebración se trasladó a la actual capilla polar, que incluso cuenta con un sagrario para la reserva del Santísimo Sacramento.

Desde 1995, el Obispado Castrense de Argentina desarrolla una Pastoral Antártica que acompaña espiritualmente al personal militar y científico destinado en el continente blanco. Sacerdotes y ministros extraordinarios de la Comunión participan en campañas antárticas para llevar la Eucaristía a estas tierras remotas.

Coronada por un crucifijo y adornada con el Vía Crucis, una imagen de la Virgen de Luján y la patrona del lugar, la capilla antártica es un símbolo donde ciencia y fe se encuentran. Un espacio helado que, al calor de la oración, demuestra que incluso en el fin del mundo la fe sigue viva.