Justo después de ser coronada, antes de celebrar o posar para las cámaras, la joven se persignó, levantó la mirada al cielo y agradeció a Dios
Por: César Leyva
En un concurso donde predominan el glamour, las cámaras y los reflectores, Fátima Bosch, representante de México y nueva Miss Universo 2025 , protagonizó un momento que rápidamente dio la vuelta al mundo.
Justo después de ser coronada, antes de celebrar o posar para las cámaras, la joven se persignó, levantó la mirada al cielo y agradeció a Dios, haciendo visible una fe que pocas veces se muestra en un escenario tan global.
Horas más tarde, confirmó públicamente la raíz de ese gesto con su primer mensaje como Miss Universo.
"Hoy confirmé de nuevo que lo que Dios tiene destinado para ti, ni la envidia lo para, ni el destino lo aborta, ni la suerte lo cambia. Viva Cristo Rey ".
Un mensaje y coherente con lo que ya había expresado en entrevistas previas, donde declaró previamente. "Soy muy católica, cuando tengo días muy saturados o de mucha presión, lo que hago es meditar o ir al Santísimo; ahí todo se me sale y puedo gestionar lo que siento".
UNA EXPRESIÓN DE FE POCO COMÚN EN MISS UNIVERSO
El gesto tomó relevancia pues, en un ambiente donde predomina la neutralidad para conectar con audiencias diversas, que una concursante haga públicamente la señal de la cruz adquiere un significado profundo.
En medio de discursos correctos, competencia intensa y estándares estrictos de imagen, la mexicana apostó por la autenticidad.
Durante la ronda final, ya había dado una pista de su visión del liderazgo. "Como mujer y Miss Universo quiero alzar mi voz y ponerla al servicio de los demás" enfatizó .
EL MENSAJE MÁS ALLÁ DE LA CORONA
La nueva Miss Universo envía un recordatorio en un entorno lleno de estereotipos y presiones, y deja claro que la fortaleza también nace de las raíces espirituales. Sus gestos no solo coronan su triunfo, sino que inspiran a millones al demostrar que la belleza real incluye convicción, coherencia y fe.