La mejor serie animada para un niño no es necesariamente la más popular, sino aquella que contribuye a su desarrollo emocional y cognitivo
Por: Brayam Chávez
Los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. En esta etapa, los dibujos animados pueden ser una herramienta valiosa, siempre que se elijan con cuidado. Más allá del entretenimiento, algunas series animadas ayudan a estimular el lenguaje, la empatía y la imaginación de los más pequeños.
LA IMPORTANCIA DE ELEGIR CONTENIDOS ADECUADOS
De acuerdo con especialistas en educación infantil, las series ideales para niños de entre 3 y 5 años deben tener un ritmo tranquilo, personajes amables, colores llamativos y mensajes positivos. También es clave que fomenten la curiosidad, el pensamiento simbólico y la capacidad de resolver problemas.
En palabras de psicopedagogos, los programas con un lenguaje sencillo y una narrativa emocional ayudan a los niños a comprender el mundo que los rodea, además de reforzar valores como la amistad, la cooperación y el respeto.
SERIES RECOMENDADAS PARA EDADES TEMPRANAS
Entre las producciones más destacadas para esta etapa del crecimiento se encuentran:
- Bluey (Disney+): una serie australiana que promueve la imaginación, la empatía y los lazos familiares a través de historias cotidianas.
- Pocoyó (YouTube / Netflix): ideal para estimular el vocabulario y la atención gracias a su diseño simple y colores vivos.
- Peppa Pig (YouTube / Netflix): enseña rutinas diarias, valores familiares y habilidades sociales de forma accesible y divertida.
- Daniel Tiger´s Neighborhood (YouTube): inspirada en el universo de Mister Rogers, ayuda a los niños a identificar y manejar sus emociones.
- Masha y el Oso (Netflix): destaca por su humor y creatividad, impulsando la autonomía y el juego libre.
TIEMPO FRENTE A LA PANTALLA: UN FACTOR CLAVE
Los expertos recomiendan limitar el consumo de pantallas a una hora diaria en esta edad, siempre con la supervisión de un adulto. Lo ideal es compartir el momento con los hijos, conversar sobre lo que están viendo y reforzar los aprendizajes o valores que surjan del programa.
En definitiva, la mejor serie animada para un niño no es necesariamente la más popular, sino aquella que contribuye a su desarrollo emocional y cognitivo. Cuando se elige con criterio y se disfruta en familia, la animación puede convertirse en una poderosa herramienta para aprender, crear y crecer felizmente.