Por: Eduardo Sánchez
He encontrado a Dios, ahora he nacido de nuevo. "También pidió a los zambianos comparar sus rasgos con los de sus familiares, ya que si nacieron a inicios de los ochenta y noventa, podrían ser una de sus víctimas." Había desarrollado el hábito de intercambiar bebés recién nacidos solo por diversión. Pero el demonio me estaba usando para hacer eso.
No quiero ir al infierno, realmente lamento mucho haber pecado». La gravedad de la confesión movilizó al Consejo General de Enfermería de Zambia, quienes tras investigar en sus registros encontraron que no hay ninguna partera con el nombre de la mujer, ni en el hospital mencionado por la mujer, ni en ningún otro de África, por lo que es muy probable que la historia contada por la enfermera no sea cierta.