Esta vitamina liposoluble tiene una potente acción antioxidante, lo que significa que ayuda a combatir los radicales libres que dañan la piel
Por: Brayam Chávez
La vitamina E es uno de los nutrientes más valorados cuando se trata de proteger la piel del envejecimiento prematuro. Esta vitamina liposoluble tiene una potente acción antioxidante, lo que significa que ayuda a combatir los radicales libres que dañan las células, incluida la piel, favoreciendo así una apariencia más joven y saludable.
A continuación te contamos dónde encontrarla y por qué es importante mantener su consumo regular a través de los alimentos.
IMPORTANCIA DE LA VITAMINA E EN EL ORGANISMO
Aunque no aporta energía, la vitamina E es esencial en varios procesos metabólicos del cuerpo. Su acción antioxidante protege las membranas celulares, mejora la salud ocular, fortalece el sistema inmunológico y previene enfermedades neurodegenerativas. También se ha relacionado con la protección del corazón y, por supuesto, con la salud de la piel, ayudando a reducir la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Una dieta equilibrada es generalmente suficiente para obtener toda la vitamina E necesaria, sin tener que recurrir a suplementos, a menos que lo indique un profesional de salud.
SÍNTOMAS DE DEFICIENCIA DE VITAMINA E
Cuando hay una deficiencia prolongada de vitamina E, pueden surgir síntomas como anemia, trastornos neuromusculares, cataratas, problemas intestinales, fibrosis pulmonar o incluso alteraciones hepáticas. Por eso es fundamental incluir alimentos ricos en este nutriente en la alimentación diaria.
Los alimentos de origen vegetal suelen ser las fuentes más ricas en vitamina E, especialmente los aceites, frutos secos y vegetales de hoja verde.
A continuación se presentan algunos de los alimentos más destacados por su contenido:
- Aceite de girasol: 48,70 mg por cada 100 g
- Avellanas: 26,20 mg
- Almendras: 20,00 mg
- Aceite de maíz: 11,20 mg
- Aceite de soja: 10,10 mg
- Turrones y mazapanes: 9,10 mg
- Cacahuetes: 8,10 mg
- Margarina: 8,00 mg
- Atún, bonito y caballa en aceite: 6,30 mg
- Pistachos: 5,20 mg
- Aceite de oliva: 5,10 mg
- Mayonesa: 4,90 mg
- Aguacate: 3,20 mg
- Espárragos: 2,50 mg
- Espinacas: 2,00 mg
- Huevo de gallina: 1,60 mg
- Soja: 1,53 mg
- Tomate natural: 1,20 mg
- Mango: 1,00 mg
- Pimientos: 0,80 mg
- Nueces: 0,80 mg
- Uvas: 0,66 mg
- Lechuga, escarola y zanahoria: 0,50 mg
- Chocolate con leche: 0,50 mg
RECOMENDACIONES PARA APROVECHAR AL MÁXIMO LA VITAMINA E
Para mantener los niveles adecuados de vitamina E, lo ideal es incluir una variedad de alimentos vegetales en la dieta diaria. Preparar ensaladas con aceites vegetales de calidad, consumir frutos secos como colación, añadir aguacate a tus platillos o integrar vegetales verdes en cada comida son formas sencillas de beneficiarse de este nutriente.
Además, como la vitamina E es liposoluble, se absorbe mejor en presencia de grasas saludables, por lo que combinarla con alimentos ricos en ácidos grasos esenciales puede potenciar su efecto.