Cuando reduces drásticamente las calorías, tu organismo lo interpreta como una amenaza, como si estuviera ante una hambruna
Por: César Leyva
De acuerdo a estadísticas recientes, en México, más del 70 por de los adultos viven con sobrepeso u obesidad, y el famoso "efecto rebote" es una experiencia común. Pero la ciencia explica que no se trata de falta de fuerza de voluntad, sino de cómo responde tu cuerpo ante las dietas extremas.
Cuando reduces drásticamente las calorías, tu organismo lo interpreta como una amenaza, como si estuviera ante una hambruna. En respuesta, activa dos mecanismos biológicos poderosos en el que el metabolismo se desacelera (el cuerpo gasta menos energía y almacena más grasa) y las hormonas del apetito se alteran.
Aumenta la grelina (hormona del hambre) y disminuye la leptina (hormona de saciedad), generando ansiedad por comer y dificultad para mantener la restricción.
ASÍ PUEDES EVITAR EL REBOTE
Según especialistas, después de una dieta muy restrictiva el cuerpo sigue "creyendo" que está en peligro, lo que provoca que el metabolismo se mantenga lento y el apetito elevado, detonando el temido rebote.
La clave para evitarlo no es una dieta temporal, sino un enfoque médico integral y personalizado. Esto implica atender las causas del aumento de peso (hormonales, metabólicas, emocionales y de hábitos) mediante un plan que combine nutrición adaptada, acompañamiento psicológico, actividad física progresiva y seguimiento clínico continuo.
Como señala el endocrinólogo Dr. Bernardo Aboitie, "el problema del peso crónico no se resuelve en una sola consulta, requiere acompañamiento continuo y ajustes mensuales basados en datos reales".