Si se consideran los puestos ambulantes la cifra puede aumentar hasta más de un millón y medio
Por: César Leyva
Cada 16 de noviembre, México celebra el Día Nacional de la Gastronomía Mexicana, una fecha que reconoce a una de las cocinas más influyentes, diversas y apreciadas del mundo.
Y entre todos los platillos que distinguen al país, el taco sigue siendo el emblema absoluto pues representa un símbolo cultural, un acto cotidiano y un motor económico que forma parte del ADN gastronómico nacional.
MILES DE TAQUERÍAS EN MÉXICO
De acuerdo con los registros más recientes del Denue del Inegi, en México existen entre 47 mil y 54 mil taquerías formales, cifras que varían dependiendo del año y la actualización de datos.
Pero si se consideran también los puestos ambulantes, carritos y taqueros informales (en calles, esquinas y mercados) la cifra se eleva a niveles monumentales: estudios independientes como el del geógrafo Baruch Sanginés estiman más de 1.6 millones de puntos de venta de tacos en todo el país.
El dato no solo refleja la popularidad del taco, sino su importancia económica. Las taquerías se han convertido en uno de los micro-negocios más comunes de México, al ser accesibles para emprender y altamente demandados por consumidores de todas las regiones y clases sociales.
Desde los tacos al pastor (reconocidos como uno de los mejores platillos del mundo) hasta las variedades regionales como los de cochinita, barbacoa, carnitas, pescado o guisos, cada estado aporta personalidad propia a este platillo universal.
RIQUEZA GASTRONÓMICA MÁS ALLÁ DEL TACO
Sin embargo, la riqueza gastronómica mexicana va mucho más allá del taco. Platillos como el mole, con sus decenas de variantes regionales, son referentes globales por su complejidad y profundidad de sabor.
El mole poblano, en particular, ha logrado posicionarse como un ícono internacional gracias a su mezcla de chiles, especias y chocolate que narran siglos de historia culinaria.
Lo mismo ocurre con el pozole, un caldo ancestral que combina maíz cacahuazintle, carne y condimentos prehispánicos, y que hoy es uno de los platillos más reconocidos fuera del país, especialmente en festividades mexicanas celebradas en Estados Unidos.
Otros favoritos que han conquistado el mundo son los chiles en nogada, valorados por su equilibrio entre lo dulce, lo salado y lo especiado; las enchiladas, cuya versatilidad les permite adaptarse a cualquier región; y el guacamole, convertido en una de las preparaciones mexicanas más consumidas globalmente gracias a su frescura y sencillez.